EL JICOTE
Lo primero que el gobierno no puede hacer es festejar el convenio con el desquiciado de Trump y asumirlo como un triunfo. Es muy desagradable observar que algunos políticos se desgañitan tratando de darnos tan burdamente atole con el dedo. La red lo describe muy bien, dice: “Celebrar el acuerdo con Estados Unidos es como celebrar que dejaron de hacerte bullying en la escuela a cambio de hacerle todos los días la tarea, cargarle sus libros y darle tu torta al niño que te bulea”. Chorreantes de demagogia las palabras de nuestro gobernador Francisco Domínguez en Tijuana: “Somos defensores de un mundo sin barreras, sin prejuicios, los mexicanos no aceptamos muros de concreto, ni de aranceles”.
Con qué cara puede decirse esto cuando haremos exactamente lo contrario: seremos la barrera de Estados Unidos a los migrantes; estamos plagados de prejuicios en la selección de los migrantes que dejamos pasar. ¿No aceptamos los aranceles? Cuando Trump nos trae como pericos, no a toallazos, sino a arancelazos.
Con un mínimo de credibilidad la defensa es simplemente, no se tomó la mejor decisión sino la menos mala, lo importante es que no se aplicaron los aranceles, si no se hubieran aceptado las demandas del ogro de Trump, los daños hubieran sido peores. Y ahora a prepararnos a cumplir lo ofrecido, que no es poco.
Por ejemplo, al cierre del año México recibiría 80 mil personas que solicitan asilo a Estados Unidos, por el momento, y sin ninguna especulación, tenemos a ocho mil migrantes que ya solicitaron el asilo. No se quedarán aquí en México unos cuantos días sino meses y quizás hasta años, hasta que se resuelva su situación. A estos migrantes les hemos ofrecido: trabajo, salud y educación. Cumplir este compromiso es darles lo que no tienen más de la mitad de los mexicanos.
Se dedicarán seis mil elementos de la Guardia Nacional a la frontera sur, el diez por ciento de los que serán en total y actualmente esos seis mil representan el cuarenta por ciento de los que están a disposición. Dos realidades crudas, vamos a militarizar la frontera y la Guardia Nacional ya no estará para cuidar la seguridad de los mexicanos sino para detener el flujo de migrantes.
Lo más sombrío del panorama, Trump ya conoció el camino de la extorsión y hasta lo advirtió: “Si por alguna razón desconocida no se da la cooperación de México, siempre podemos recurrir a nuestra previa, muy eficaz, posición sobre las tarifas”. Si no hacemos algo para aprovechar esta tregua, Trump nos la volverá a aplicar, entonces tendremos que recurrir a un ideólogo de la cuarta transformación: Paco Ignacio Taibo II. Nadie mejor que él, para describir lo que sería nuestra situación.