EL JICOTE
No solamente me parece bien sino que hasta aplaudo la práctica de las conferencias mañaneras que ha implantado López Obrador, me parece que marcan un precedente en la historia de la comunicación presidencial. El problema es el desenfado con el que habla, parece no tomar en cuenta la trascendencia de sus expresiones, me permito recordarle lo que decía Ortega y Gasset de la palabra: “Ese poco de aire estremecido que desde la confusa madrugada del génesis tiene poder de creación”,
En unas cuantas horas el Presidente cometió dos errores garrafales. Uno histórico al afirmar que hace diez mil años ya había universidades en México. Para disimular que se trataba de una broma, sólo le faltó decir que Chavelo era el rector. Luego ofendió a todo el gremio al mencionar al “hampa periodística”. Ante la generalización injusta se le vino el mundo encima y la expresión se la atribuyó a Enrique Krauze, con música de fondo: “Si te vienen a contar cositas malas de mi, manda a todos a volar y diles que yo no fui, que fue Enrique Krauze”.
Es necesario ayudar al Presidente, deseo que la siguiente anécdota le sirva de inspiración. En una gira electoral que llevaba a cabo Lázaro Cárdenas en la zona rural, se topó con una boda de rancho, lo invitaron y no se hizo del rogar. Al final de la comilona le solicitaron que dirigiera unas palabras a los novios. Cárdenas aceptó. ¿Qué iba a decir Don Lázaro en un banquete que reunía a gente ruda del campo? ¿Un hombre de Estado dando consejos a los recién casados? ¿Debería aprovechar la reunión y pedirles su voto? Nada de eso, lo que dijo fue lo siguiente.
“Me han pedido que les dirija unas palabras a los novios y les transmita un mensaje. Es un honor y lo hago con mucho gusto. Lo único que me permito aconsejarles es que en la vida de todos los días, en las buenas y en las malas, cuando se hablen entre ustedes; cuando hablen con sus hijos; cuando tengan que aclarar algunas diferencias que son inevitables que existan en la convivencia. En todo, cuiden sus palabras y el “modito”. Muchas gracias y felicidades a los novios”.
No sé qué admiro más, si el consejo profundo de cuidar las palabras y el “modito”, o la sensibilidad y el conocimiento de Cárdenas del carácter de los campesinos para dirigirles ese mensaje complejo en un estilo sencillo y accesible. Señor Presidente López Obrador, una sugerencia: “Cuide sus palabras y el modito”.