EL JICOTE
Ya sea por la función que cumplen en la sociedad, que exige que informen lo que sucede día a día; sea también por la esclavitud del tiraje, que demanda difundir novedades cotidianamente, lo cierto es que la prensa debe abordar el presente como su principal contenido. Ortega y Gasset, escribe la siguiente anécdota que refleja con claridad esa subordinación al hoy por hoy. Llega con el director del periódico una persona y le ofrece un artículo. El título del artículo es: “Dios”. El Director del periódico ve el título y lo regresa: “Discúlpeme, pero no lo puedo publicar. Dios no es un tema de actualidad”.
Este sometimiento al presente ha propiciado que la clase política, cuando comete pifias no se preocupe por corregirlas sino que se refugie en la esperanza del olvido; prenden una veladora para que los descuidos se pierdan en el intenso aguacero de información diaria. El Presidente López Obrador cuando todavía no se le termina secar el barro de una metida de pata, ya está hasta las rodillas en el lodo de otro resbalón. El último traspié me ha indignado especialmente y quiero profundizar, amenazo, escribiendo hasta el hartazgo, en semejante yerro. ¿Cómo se atreve a afirmar el Presidente que el ejercicio de la política no necesita de ninguna ciencia?
Vaya este ejemplo de los griegos, los grandes fundadores de la política. Después de la creación los dioses se aproximan, melifluos y barberos, a Zeus, como precoces aspirantes de ingresar a Morena, le comentan, palabras más, palabras menos: “Zeus, tan sapientísimo e infalible has creado a la humanidad de una manera perfecta, pero ya sabes que los seres humanos pertenecen a la raza de los insatisfechos; no se les da gusto con nada y se quejan de que andan siempre aburridos como si estuvieran escuchando informes de gobierno y la Hora Nacional. Que esa vida no es vida”.
Zeus los escucha y crea seis musas, seis virtudes, seis talentos de carácter que al dedicarse a ellos los seres humanos encontrarían la realización y la felicidad. Entre otras las artes, como la danza, y las ciencias, como la geometría. Al poco tiempo los dioses regresan otra vez y le dicen: “Zeus todo lo que haces es milagroso y perfecto, producto entre otras causas, por tus raíces de Nacajuca, Tabasco. Postrados y esperando tu iluminación, pero nos atrevemos a observar que te faltó un talento, el talento de la política”. Zeus responde. “Quien quiera dedicarse a no buscar la realización y la felicidad personal sino la prosperidad de toda la comunidad, requiere del estudio, observación, reflexión de todas las seis musas”. Fin de la historia, en este ring imaginario en una esquina está Zeus, que apoya la política como la reunión de todas las musas, en la otra esquina está López Obrador, para quien ninguna ciencia es necesaria.