Agravio Presidencial: Los pobres como mascotas
Primero pensé que era una declaración de una concursante a Miss Universo o de Galilea Montijo o de Ninel Conde, luego la verifiqué en la prensa. Esperé dos días un boletín oficial que rectificara y/o pidiera perdón. Probada y comprobada transcribo lo que dijo López Obrador;
“La justicia es atender a la gente humilde, a la gente pobre. Esa es la función del gobierno…hasta los animalitos -que tienen sentimientos, ya está demostrado- ni modo que se le diga a una mascota: ‘A ver, vete a buscar tu alimento’. Se les tiene que dar su alimento”,
Ahora que están de moda los animales silvestres como mascotas, traté de imaginar cómo verá el Presidente a los pobres: ¿Como iguanas? ¿Changuitos de Catemaco? ¿Tarántulas? ¿Como serpientes enredadas a su cuello? ¿Cuáles serían las consecuencias de la Cuarta Transformación, ahora que sabemos es la metamorfosis de pobres en mascotas? México es el quinto lugar mundial en diversidad animal, incluyendo a los pobres, que no son especie en extinción, desbancaríamos a cualquier país. Lástima que sería difícil de venderlos en las tiendas de mascotas. Los estudios sobre la pobreza e ingresos ya no los haría el CONEVAL ni el Banco de México, sino el National Geographic.
Rizando el rizo, tendrían que desaparecer los partidos políticos y formar Asociaciones Protectoras de Animales. Tendría que quitar de la Secretaría de Gobernación a Olga Sánchez Cordero y poner a María Elena Hoyo, ex Directora del Zoológico de Chapultepec.
Tenemos una esperanza, con gran sensibilidad el Presidente afirma que los animales, es decir, los pobres en su condición de mascotas, tienen sentimientos. Esto sí que es ternura. Es decir, existe la posibilidad de que no se les extirpen las uñas y garras para que puedan interactuar con la sociedad, ni las utilicen para practicar el huachicoleo. ¡Qué detalle!
Siempre he sostenido que es necesario ayudar al Presidente, en este caso la mejor forma es explicarle la semiótica animal. Si a veces se le quedan viendo y viendo, es porque no le entienden nada. Si a veces ladran y gruñen es porque están sintiendo que el principal depredador de los animales mascotas, es la clase política. ¡Cuidado! No habrá domador que los controle.