EL JICOTE
Los que pretendemos hacer análisis político creo que nos hemos equivocado en forma deplorable al hacer la evaluación del Presidente de la República. Esta grave metida de pata ha provocado el desaliento de los lectores, que no comprenden como la 4T parece alimentarse de las críticas. A más críticas más simpatías al Presidente, según las encuestas. El error de los columnistas ha sido considerar que el terreno propicio para el diálogo y el debate son los argumentos y los hechos, pero el Presidente se desenvuelve en el espacio de la pasión, la irracionalidad y la fantasía. Cuando demostramos algo en forma empírica y lógica, el Presidente responde parafraseando al filósofo cuando dice; “Hay razones del corazón que la razón no conoce”, El Presidente lo adaptó a su dialéctica personal: “Hay datos de las estadísticas que las estadísticas no conocen”. El hecho duro: amplios sectores de la población, por recibir su dinerito, por estar en la nómina, por compartir resentimientos, por fe o, por real convencimiento, lo siguen apoyando. ¿Qué hacer? Pues seguir ejerciendo la crítica, convencidos de que el diluvio de la realidad no lo detiene ninguna mañanera, ni tampoco sus partidarios que, igual que su líder, consideran que desmienten las críticas con textos empachados de calificativos y ayunos de hechos y razones.
Dice el Presidente que no gobierna con ocurrencias, bueno fuera, hasta las ocurrencias tienen una trama creíble, gobierna con caprichos, mentiras y vaciladas. La última es para inscribirla en la famosa sección: “Aunque Usted no lo crea”. Los antecedentes son los siguientes: parte esencial de su plataforma electoral la basó en su promesa de aumentar el crecimiento económico al cuatro por ciento, los datos lo desmintieron y entonces, en una espectacular maroma ideológica, digna del Circo Atayde, dijo que el crecimiento no era importante sino el desarrollo humano. Cuando observo su modito me imagino a un adolescente, después de la lluvia, brincando desenfadadamente los charcos de un lado para otro. El último charco fue los militares a las calles, cuando su promesa electoral fue exactamente lo contrario. Ahora va contra los neoliberales materialistas.
En su reciente documento: “La Nueva Política en los tiempos del Corona Virus”, afirma que los organismos internacionales han fomentado paradigmas y recetas para enfrentar las crisis económicas, que lo único que han hecho es que los países tengan crisis recurrentes. Remata: “Es necesario buscar un paradigma que sea todo nuevo” Cuando lo dijo al aire, pensé que podría ruborizarse de semejante falsedad. No, lo dijo y siguió tan campante con su sonrisa socarrona.
El concepto de no medir el avance de un país exclusivamente por el progreso material tuvo su origen en 1990 y es un Índice de Desarrollo Humano, creado por un organismo internacional, la ONU. Por cierto, con metodología y variables de evaluación aprobadas por México. El Presidente tiene una vocación adánica, en todo quiere ser el primero, el que inicia todo, si nos descuidamos se va a declarar el inventor del hilo negro y el agua tibia. ¡Shh! ¡No lo desmientan!