EL JICOTE
Como lo sostuve en la entrega pasada, el futuro de la globalización no está en nuestras manos sino en las manos de las grandes potencias. que nos impondrán los cercos o las medidas sanitarias de acuerdo con sus intereses sin respetar nuestras soberanía. Un ejemplo, los gringos ordenaros cuales industrias deben trabajar y ya. El potencial bélico cambiará de referencias, ya no serán fuertes solamente los países que posean las armas convencionales sino además los que tengan mayor fuerza tecnológica viral. Serán potencias los que cuenten con los mejores especialistas en provocar y prevenir epidemias. El virus inducirá a un reacomodo de las potencias mundiales, nuevas alianzas y nuevas confrontaciones. Me pregunta un amigo de Morena, que si no sería conveniente coquetear con China para diversificar nuestro mercado. Imposible. Dos razones, la primera, los países, encabezados por Estados Unidos, están formando su TUCOCHIN, “Todos Unidos Contra China”. La segunda razón es que para firmar el Tratado de Libre Comercio, México, ya en la desesperación, se puso de obsequioso, algo que no critico sino que simplemente consigno, y se obligó a no hacer negociaciones con ningún otro país que no practique el libre mercado. La cláusula casi tenía un solo nombre: China. No vale la pena buscarle ruido al chicharrón, pues si Estados Unidos y Canadá perciben un coqueteo nuestro con China están en su derecho de dar por terminado el Tratado. Aceptemos, estamos bajo la dependencia económica de nuestros vecinos del norte.
¿Pero qué pasará con México? Creo que una buena cantidad de la población está desesperada, cada día menosprecia más lo del encierro. En Estados Unidos el desafío es ostentoso, abrieron las playas de Miami y a los tres días tuvieron que cerrarlas, pues parecían Acapulco en vacaciones de Semana Santa. Los ingleses han organizado manifestaciones, abrazándose y besándose. En México existen sectores, principalmente del lado empresarial que exigen la apertura, sostienen que es visión apocalíptica, el hecho de que el regreso a la anterior normalidad vaya a provocar muchas muertes. La gente, afirman, y les asiste parte de razón, están entre morir de hambre en su casa o salir con el riesgo de enfermarse pero poder llevar un poco de dinero a su casa. La gente quiere trabajar y vamos a respetarla y a estimularla. Esta postura tiene como principal apologista a Ricardo Salinas, Lord Primero es el Baro.
Otro sector impulsa el acatamiento a las instrucciones de los especialistas, es decir, respetar el enclaustramiento para privilegiar la sobrevivencia de la población. Se apoyan en Arthur Schopenhauer. “No puedes perder la salud por la economía, pues perderás la salud y después la economía”. La primera postura se identifica con el neoliberalismo, la segunda con la izquierda. Nuestro gobierno, en el mejor estilo de la Chimoltrufia, como dijo una cosa como dice otra, primero le sacó la lengua al virus e hizo un llamado a abrazarnos e ir comer a las fondas, El Presidente parecía líder empresarial; ahora parece más prudente, hace llamados a mantenerse encerrados. Todo es incierto y confuso, yo no sé ni a quién creerle, pero como soy zacatón, mejor no salgo.