El vocero de la Diócesis de Querétaro, José Martín Lara Becerril, resaltó que en el tema del regreso a clases presenciales, los padres de familia son quienes tendrán la decisión de enviar o no a sus hijos a las escuelas.
Esto, luego de expresar que ha conocido de parte de los directores de algunas instituciones educativas, que la opinión de papás y mamás radica en que prefieren mantener la educación de sus hijos a distancia, ante la ola de contagios de COVID-19.
“La decisión final está en las manos de los padres de familia. A mí me consta, por diálogo con algunos directores, es que ellos han hecho consulta a los padres de familia. Y hasta este momento, los padres prefieren que sus hijos continúen de manera virtual en casa; son pocos padres los que sí quieren las clases presenciales”.
En este sentido, Martín Lara resaltó que el regreso a clases en las aulas deberá estar acompañado de un diálogo constante entre las autoridades de cada escuela y los padres de familia; en el cual deberá haber entendimiento, comprensión, diálogo y solidaridad.
Asimismo, el vicario general dio lectura al comunicado emitido por la confederación del Episcopado mexicano, a la comunidad educativa; el cual pide “discernir con prudencia y pasión por la educación”, y a tener “amistad social” para colaborar en este proceso de regreso a clases presenciales.
En este documento, los obispos de México conminaron a la correcta organización y comunicación con solidaridad de los miembros de las escuelas y de la sociedad para garantizar un sano regreso a las clases presenciales, a través de los protocolos sanitarios.
Además, se exhorta a los sacerdotes a colaborar con la sociedad en el regreso de los alumnos a las aulas; y pide que, en caso de que la reactivación de las clases presenciales sea contraproducente, privilegiar la salud de los niños.
“Es urgente atender, cuidar, a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes de manera integral. Es muy importante ayudarles a recuperar sus espacios educativos, en donde puedan convivir seguros, aprendiendo a vivir estos nuevos tiempos a conciencia, con métodos y contenidos educativos propios. Ningún niño debe continuar aislado o descuidado en su educación. Debemos salir, todos, a buscar a aquellos que ya han desertado de sus estudios. También es urgente velar por el cuidado, la capacitación y atención de nuestros maestros y padres de familia”.