Si no fuera una imagen medianamente ofensiva diríamos: el gobierno mexicano (o los dos gobiernos, el estatal y el federal), salieron a dar información con la cola entre las patas.
Y el gobierno de Estados Unidos, más afín a la objetividad de los hechos, solamente preparó un adjetivo. Una certera palabra con la precisión de un misil: inaceptable.
“Las autoridades estadounidenses (BBC) expresaron este martes su consternación por los hechos.
“El portavoz del Pentágono, John Kirby, ofreció sus más sentidas condolencias a los amigos y familiares de las víctimas de estos ataques y subrayó que todos los ataques contra ciudadanos de EE.UU. son “inaceptables, independientemente de dónde o en qué circunstancias ocurran”.
“Trabajaremos de cerca con el gobierno de México para asegurarnos de que se haga justicia”.
Trabajar de cerca es una expresión muy sutil para explicar los hechos. En el lenguaje de los estadounidenses significa, nos vamos a encargar nosotros, porque los mexicanos no pueden. Esa es la base del discurso interventor desplegado en los últimos días, y este caso es una prueba.
Pero las explicaciones mexicanas, en todos los niveles, son risibles. Y tristes.
Américo Villarreal, gobernador de “Mataulipas”, es para consternar. Esto dijo en una llamada telefónica prefabricada ayer a la mañanera:
“…hace una hora, nos notificaron que había indicios de haber visto a los cuatro ciudadanos norteamericanos, y hace 35 minutos ya fue plenamente confirmado por la fiscalía… De los cuatro, hay dos de ellos fallecidos, una persona herida y la otra con vida…”
Como se ve todo fue un éxito. Nomás hubo dos muertos.
De Matamoros, a “Matagringos”. Vamos bien, Américo, vamos bien…
Pero hay más:
–Acerca de esta situación, presidente –le preguntan a López Obrador en su conferencia matutina–, la Casa Blanca ya consideraba inaceptable esta situación, este secuestro de sus ciudadanos.
–Sí, es muy lamentable. Ellos tienen derecho de manifestarse, como lo hicieron. Porque nosotros no deseamos eso, ¿no?, estamos trabajando todos los días para garantizar la paz, la tranquilidad y vamos a continuar trabajando.
“Lamentamos mucho que esto suceda en nuestro país y enviamos a los familiares de las víctimas, a los amigos, al pueblo de Estados Unidos, al gobierno de Estados Unidos, nuestras condolencias. Y vamos a seguir haciendo nuestro trabajo para garantizar la paz y la tranquilidad”.
Muy difícil resulta hablar de una paz y una tranquilidad garantizadas cuando los hechos demuestran –con 150 mil homicidios dolosos en el cuatrienio–, la inexistencia de la calma y la seguridad.
Pero abierto el cajón de las explicaciones de siempre, se debe repetir el verbo feliz: es muy lamentable, lamentamos mucho, enviamos condolencias, trabajamos, garantizamos, etc, etc…
“Vamos trabajando, estamos trabajando bien. Desde luego, hay gentes que opinan distinto y además hay también intereses partidistas, yo diría politiqueros, hay gente muy hipócrita que, por ejemplo, lamenta estos hechos, los utiliza con propósitos políticos, trafican con el dolor humano, con el dolor de la gente, pero sus propósitos son otros.”
Todo resuelto. A otra cosa.
ALEJANDRO
Con prudencia, pero con frecuencia, Alejandro Murat recorre el país en busca de fijar su imagen en todo el territorio, en vista de lo porvenir en el 24.
Hace unos días estaba muy contento con sus simpatizantes en el café tradicional de “La parroquia” en el puerto de Veracruz.
Así ha ido a Chihuahua, Pueblo, Sonora, Baja California, Aguascalientes y en la ciudad de México a la feria universitaria del libro, donde presentó su libro, “Más Oaxaca en el mundo”. Mucha actividad.
EXPLICACIONES
Bien harían Mariana Boy, responsable de la PAOT (Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial y Lía Limón, alcaldesa de Álvaro Obregón, en explicar por qué han proliferado las construcciones elevadas en la zona; las calles cerradas en colonias residenciales y las violaciones a los reglamentos.
Las quejas son como las palabras; se las lleva el viento.