Finalmente Marvel se adentra a explorar su multiverso y lo hace de la mano de Benedict Cumberbatch, Elizabeth Olen y el director Sam Raimi en la secuela de “Doctor Strange”, una película que si bien cumple y ofrece emocionantes cameos, le hace falta la “locura” que su nombre prometía.
Pero vámonos por el principio. Para ver, y entender, “Multiverse of Madness” hay que ir preparados y tener vistas las series “Wandavision” y “Loki”, de Disney Plus, y por lo menos la última película de Spiderman y la primera de “Doctor Strange”, para así tener bien claros las motivaciones de sus personajes y hasta agarrarle a parte de la trama. El resultado es una película con un nicho más reducido que al de los fans de los superhéroes, más aún si tomamos en cuenta su clasificación es para mayores de 13 años; afortunadamente yo cumplía con todo lo anterior.
Con todo lo dicho anteriormente, la película ya ha recaudado la nada despreciable cantidad de 688 millones de dólares a nivel mundial según cifras del portal especializado Box Office Mojo, números a priori “bonitos” si no se menciona que en su segunda semana en cines su taquilla se desplomó entre un 55 y un 80 por ciento, la segunda peor caída de una película de Marvel, solamente superada por “Black Widow”, que tuvo un estreno simultáneo en el streaming y la pantalla grande.
#SpoilerAlert
Tras todo lo anterior no quiero decir que la película es mala, todo lo contrario, Doctor Strange ha sido uno de mis personajes favoritos del Universo Cinematográfico de Marvel y recomiendo ver la película en la pantalla grande y en 3D para disfrutar totalmente de sus efectos; un deleite visual.
Pero hay que hablar con la verdad, el título –“Multiverso de la locura” nos vendía la idea de un desenfrene lleno de varios universos y personajes, con todo e invitados que harían gritar a más de uno… vamos, hasta se barajó la posibilidad de ver a Tom Cruise como Iron Man; no pasó. Al final, aunque el director parecía que por unos momentos quería pisar el acelerador, alguien le puso el freno y nos terminó por dar más de lo mismo, pero con la esperanza de ver más del “multiverso”.
Eso sí, hay que decirlo, volver a ver a Patrick Stewart como el profesor Charles Xavier y a John Krasinski debutar como Reed Richards de los “Cuatro Fantásticos” hace que el boleto ya valga la pena.
No me voy defraudado del cine, pero sí con la espinita clavada de saber que pudo haber sido más.