Por una #SociedadHorizontal
Los dirigentes del PAN, PRI y PRD pactaron conformar un dique contra cualquier cambio a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que amenace a la democracia y que busque militarizar al país. Los tres líderes partidistas anunciaron que el objetivo de este acuerdo es evitar cualquier posibilidad de que exista una mayoría calificada, frente a las propuestas de López Obrador.
Durante la suscripción del documento declararon: “Ante la urgencia de preservar nuestra República, hoy, los partidos de la coalición Va por México presentamos una moratoria constitucional”, en rechazo a cualquier intento de cambio a la Carta Magna. Con esta medida, quedaría descartada hasta el 2024 la posibilidad de procesar modificaciones constitucionales que tengan que ver con el Instituto Nacional Electoral o que pretendan adscribir la Guardia Nacional a la SEDENA.
En reacción a este anuncio, el presidente López Obrador declaró que la moratoria es una estrategia equivocada, pues revela que solo buscan estorbar, pero no proponer soluciones a los problemas del país. En su conferencia de prensa dijo que «no es nada nuevo, es lo que han hecho, estar bloqueando, no proponen nada, no ayudan, se dedican a estorbar, mucho ayuda el que no estorba. Pero no quieren cambiar”.
Con este anuncio, se ha abierto un nuevo capítulo de la guerra de narrativas entre lopezobradoristas y sus opositores, de cara a la sucesión presidencial. Seguramente AMLO mantendrá su línea discursiva, criticando a aquellos que “solo saben estorbar”. Por su parte, el PRI, PAN y PRD tendrán el reto de explicarle a la sociedad con toda claridad los beneficios de su decisión, respecto a frenar cualquier propuesta de cambio y mantener la Constitución como está.
Este escenario se presenta, una vez que han terminado los conteos oficiales en las seis entidades de la República donde se celebraron elecciones. Aún cuando fueron derrotados en Aguascalientes y Durango, habría que destacar que Morena y sus aliados recuperaron en parte, la imagen de “invencibilidad” que habían perdido en 2021. De cara a las elecciones del próximo año en Estado de México y Coahuila, arrancan con una posición altamente competitiva.
La oposición en cambio, se enfrenta a una disyuntiva trascendente. Ante la presentación de audios que dejaron altamente comprometida la posición del dirigente del PRI, las dirigencias del PAN y el PRD, decidieron “cerrar filas” y arropar a su aliado tricolor. Sin embargo, parecería que en el seno de “Va por México” no hay un consenso contundente en torno a ello, tanto así que la organización de Claudio X. González, “Mexicanos Contra la Corrupción” ya publicó investigaciones en contra de Alejandro Moreno.
Este episodio sirve para hacer una reflexión más seria. Desde que fueron derrotados en 2018, las cúpulas partidistas han luchado por reencontrarse con el electorado, sin lograrlo del todo. No han caído en cuenta aún que la población ve cada día menos relevancia en la lógica tradicional de militancias políticas y estructuras formales. Hoy los partidos se ven cada vez más como simples vehículos para manifestar los “estados de ánimo” de la población. Un buen ejemplo de ello es Morena. El partido del presidente, más que un instituto político es un “estado de ánimo” de la sociedad en contra de la corrupción y los privilegios del pasado. De la misma forma, el triunfo que tuvo “Va por México” en la CDMX, también se debió a otro “estado de ánimo”, el de la clase media molesta con los excesos del lopezobradorismo en la capital del país.
El reciente episodio de los audios, debería llevarlos a hacerse una pregunta: ¿La sumatoria de partidos por si sola -pero con representaciones del pasado corrupto- les permitirá alcanzar el triunfo electoral? De cara a las elecciones venideras, principalmente los panistas deben preguntarse: ¿Puede el PAN convertirse en vehículo para transportar el voto anti López Obrador por sí solo? Frente al riesgo de la fragmentación opositora, también cabe otro escenario.
Sirvan estas preguntas, pues los partidos mencionados podrían tomar una decisión más audaz: Refundarse y fusionarse en un solo partido. Obvio que podrían perder prerrogativas y espacios para sus cúpulas tradicionales, no obstante, podría ser una jugada inteligente de cara al 2024. Seguramente, la #SociedadHorizontal, especialmente en la clase media, vería con interés un movimiento de este tipo, que demuestre el interés por reencontrar principios y valores, por encima de la inercia pragmática.