Por una #SociedadHorizontal
Los audios mostrados por la gobernadora de Campeche, Layda Sansores en “La Hora del Jaguar”, cumplieron su cometido: Ablandar al presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno y reconstruir la alianza de facto entre PRI y Morena, misma que muchos ya conocen como PRIMor. Después del encontronazo que significó la votación en contra de la reforma constitucional en materia de energía eléctrica, donde PRI, PAN y PRD impidieron que la iniciativa presidencial contara con la mayoría calificada requerida, todo indica que la reciente votación a favor de extender el plazo legal hasta 2028, para que la Guardia Nacional permanezca adscrita a la SEDENA, es parte de un amplio reencuentro entre el tricolor y el partido en el gobierno.
Durante largas semanas fuimos testigos de un extenso repertorio de grabaciones en las que “Alito”, daba ejemplos “didácticos” sobre actos altamente reprobables. Desde las enormes cantidades de dinero que se destinan a la costosa industria de consultoría electoral, pasando por la manera en que se financian los utilitarios partidistas (gorras) para las campañas, hasta la relación que se establece entre empresas y legisladores a través de apoyos económicos cuando estos últimos son candidatos. En este entorno, las autoridades campechanas hablaron de carpetas de investigación relacionadas con la posible comisión del delito de “enriquecimiento ilícito”, misma que soportó una solicitud de desafuero en la Cámara de Diputados federal. Se llegó a publicar incluso, que se habría convocado a que la Comisión Jurisdiccional en el Poder legislativo, diera inicio a la sección instructora para tales efectos.
Ese fue el tono y la información que conocimos la mayoría de ciudadanos, hasta que de pronto, de un día para otro, la gobernadora Sansores anunció que no presentaría más audios en su programa de los martes, proyectando un armisticio implícito hacia el líder tricolor. En paralelo, la diputada priista, Yolanda de la Torre, presentó una iniciativa de reforma constitucional con la finalidad de extender la supervisión de la Secretaría de la Defensa Nacional sobre la Guardia Nacional hasta el 2028.
Los hechos se desenvolvieron con singular velocidad. La iniciativa fue votada por Morena y sus aliados, con la adhesión de casi todos los diputados del PRI. El presidente consiguió, lo que hasta hace algunas semanas parecía imposible: echar para abajo la “moratoria constitucional” que había pactado el bloque integrado por PRI, PAN y PRD. No solo consiguió una mayoría favorable en la Cámara Baja, sino que al mismo tiempo fisuró gravemente la Alianza “Va Por México”. Mas aún, hoy que una parte importante de los senadores priistas ha anunciado que votará en contra de este dictámen en la Cámara Alta, incluso logró dividir al propio PRI.
¿Qué vendrá? La rebatinga por encontrar los sufragios opositores que faltan en el Senado inició con especial estruendo, tan solo recordar que el yucateco Raúl Paz, dejaba el PAN para incorporarse a la bancada de Morena. No obstante, aunque con presiones y suculentas propuestas de futuro, Morena buscó conseguir los votos necesarios para su aprobación. La imposibilidad de lograrlo debido al cierre de filas opositoras, provocó que la minuta regresara a comisiones. ¿Lograrán fisurar a este bloque? El resultado aún esta por verse.
Por lo pronto, el escenario actual delinea serias afectaciones para la coalición opositora, tanto en las elecciones de Coahuila y Edomex en 2023, como rumbo al 2024. El debate sobre las implicaciones de la militarización y la inseguridad prevalecerá, pase lo que pase con la Guardia Nacional. No obstante, el foco trascendente de preocupación debería estar en que Morena pretenda olvidar o perdonar lo que ya transparentó: notorios actos, que a todas luces son ilícitos, de aquellos que en el PRI, hoy abrazan como aliados nuevamente.
El debate en materia de inseguridad ha evidenciado las deficiencias que prevalecen en la clase política mexicana, para entender a fondo los problemas, debatirlos y construir soluciones que verdaderamente modifiquen la triste realidad que vivimos. De mantenerse la alianza entre Morena y el PRI, el debate en torno a la Guardia Nacional, será la antesala para una discusión más trascendente y preocupante: la Reforma Política. De ser así, la #SociedadHorizontal deberá exigir que haya transparencia en el debate y solo se aprueben modificaciones por unanimidad. En esa materia no podemos permitir que el incentivo de “salvarle el pellejo” a unos cuantos políticos, condicione el futuro de toda nuestra democracia.