Con las nuevas políticas migratorias del Presidente Donald Trump, los llamados “coyotes” o traficantes de personas, aumentaron al menos al doble el costo de los cruces irregulares desde la frontera de Tijuana hacia Estados Unidos, revelan testimonios.
Desesperados, los migrantes que sienten que ya no hay otra opción de cruce, contratan los servicios de los “coyotes”.
Los cruces en esta frontera tienen al menos tres modalidades: El uso de una escalera para trepar por el muro fronterizo, cuya altura oscila entre los 8 y 10 metros, y el costo por persona es de 10 mil dólares (220 mil pesos).
Otra modalidad es el cruce caminando por la zona serrana de Tecate, con temperaturas de cero grados centígrados, el cobro es entre 6 y 8 mil dólares (de 120 a 160 mil pesos); y con una visa real, pero que sea de otra persona, y cruzar por los puertos fronterizos de San Ysidro o Mesa de Otay, alrededor de 6 mil dólares (120 mil pesos).
Los precios suben si es más de una persona o llevan menores de edad, relataron los entrevistados.
Los migrantes que habían hecho intentos de cruce en el 2023, indicaron que el costo era de la mitad de lo que ahora se pide.
En caída libre
Es difícil tener éxito al saltar por el muro pues, además de la altura, la barrera metálica cubre unos 30 kilómetros desde Playas de Tijuana, hasta la Colonia Nido de las Águilas, en la delegación de Mesa de Otay, y en algunos tramos la valla es doble y hasta triple.
Según los testimonios, el pago se realiza en efectivo, se cita al migrante en algún punto del muro, generalmente en la avenida Internacional, en el Nido de las Águilas o, incluso, frente al Aeropuerto de Tijuana, desde donde se coloca una escalera y al final un artefacto con ganchos.
La persona sube por las escaleras, se sienta sobre la valla y se tiene que abrazar al tubo que conforma el muro, para deslizarse en caída libre. Si la persona no tiene fuerza en los brazos, caerá y puede lastimarse tobillos, rodillas y manos.
Los bebés y niños son lanzados desde arriba y tomados en los brazos de quienes esperan del otro lado.
El pago no garantiza un cruce exitoso, por el contrario, es muy frecuente que la Patrulla Fronteriza esté esperando a los migrantes, los detenga y estos sean deportados.
Javier, originario de Guerrero, fue deportado a Tijuana. Cayó al intentar cruzar y se lastimó ambos tobillos. Había pagado 220 mil pesos a los coyotes.
“Lo voy a volver a intentar, ya nada más que sanen mis tobillos”, aseveró el joven, quien solicitaba a los transeúntes Ibuprofeno para aminorar su dolor.
