El vicario de la Diócesis de Querétaro, Martín Lara Becerril pidió a los creyentes de la entidad queretana que no desperdicien por la celebración del Sábado de Gloria, la cual calificó como inadecuada ya que desde el punto de vista litúrgico y teológico, el Sábado Santo no resucitó Jesús sino fue el Domingo Santo.
“Desde el punto de vista litúrgico y teológico, el mojarse o echarse agua por motivo del Sábado Santo es totalmente inadecuado, no Sábado de Gloria porque el señor todavía no ha resucitado, entonces, los católicos que dicen que hay que ir a una alberca o a bordos para celebrar es algo totalmente inadecuado”, apuntó.
Lara Becerril explicó que el Domingo Santo, que es el tercer día después de la muerte de Cristo en el Viernes Santo, es cuando Jesucristo resucitó de entre los muertos y es cuando se realiza la eucaristía de la misa de resurrección, por lo tanto, durante el Sábado Santo, el duelo entre los católicos por la muerte de Cristo debe continuar.
“En el Sábado Santo seguimos en duelo por la muerte de Cristo, eso del Sábado de Gloria es totalmente inadecuado y no debería de ser así”, detalló.
Además de esto, recordó que debido a la sequía que se está viviendo en el estado de Querétaro, consideró inadecuado el desperdiciar agua debido a la escasez de lluvias que hay en el estado, por lo que hizo un llamado a no despreciar el vital líquido.
“Quiero invitar a todos los católicos a que este Sábado Santo no se haga un mal uso del agua, primeramente estamos en una situación complicada en donde Querétaro es de los estados más afectados por la sequía y en segundo, de manera litúrgica y teológica esto es inadecuado”, precisó.
Finalmente, el vicario de la Diócesis, respectos los eventos que se realizarán en los días santos, señaló que se espera la participación de mil 200 personas en la procesión del silencio que se realizará en la tarde noche del 29 de marzo, en la cual estarán participando 34 hermandades; respecto a los participantes, señala que la mayoría son anónimos puesto que cubren su rostro mientras caminan con una cruz que es cargada al azar, por lo que varía su forma y peso.
“Son 34 hermandades y mil 200 personas las que se espera que participen, lo que sí es que durante el año los padres franciscanos que están al frente de la procesión tienen un seguimiento espiritual. A lo largo de todo el año un seguimiento espiritual, viene después el retiro previo y después la realización de la procesión del silencio de quienes participan”, explicó.