Mons. Sacramento Arias Montoya, vicario episcopal presidió la celebración eucarística de este domingo, en la que la principal intención fue orar por La Paz en el mundo, especialmente en Israel tras declararse en estado de guerra tras los ataques liderados por Hamas. La palabra de Dios recordó a los feligreses que todos y cada uno de ellos deberán dar frutos buenos a su debido momento, haciendo referencia a la parábola empleada en las lecturas mediante la “viña” y el pueblo de Israel, mismo que era el consentido del señor”.
Durante la homilía, Arias Montoya invitó a los asistentes a corresponder al amor y llamado de Dios para convertirse en buenos frutos con sus acciones, pensamientos y deberes. Por lo anterior, les indicó que deberán ser más agradecidos con su Dios padre, haciendo referencia a que en el momento en que ellos reciban la promesa de fortuna, deberán retribuirle a Jesucristo con la misma fortuna.
“La nueva viña es la iglesia, somos nosotros, los católicos, los cristianos a quienes también Dios nos entrega su misericordia, su paciencia y por lo tanto, nosotros debemos darle nuestra obediencia con buenos frutos” mencionó.
Bajo esta misma línea, invito a los católicos y a la sociedad en general a preguntarse y cuestionarse si realmente están dando los frutos que Dios esteraría, viviendo así en un contexto en donde el mundo sufre de violencia, inseguridad y maldad día con día.
“No olvidemos que Dios nos ha amado tanto, nos ha dado tanto y por eso quiere que nosotros le correspondamos con frutos buenos”.
En nosotros está Dios, está Cristo y nosotros somos discípulos del señor; así lo mencionó Arias Montoya mientras daba su mensaje a la sociedad sobre perdonar, reconciliarse y hacer obras buenas en el mundo, a fin de que La Paz forme parte de sus vidas y se le pueda dar un alto a la guerra que tanto ha perneado con el paso de los años. Se debe orar al señor por tener una relación de fe y tomar en serio su relación cristiana.
Concluyó mencionando “Sin mí no pueden dar frutos positivos, dijo el señor” por lo que pidió a los feligreses a agradecer por las bendiciones y capacidades que el señor les ha brindado y crecer en la fe cristiana para que las bendiciones de su vida se encuentren en aumento.