San Juan del Río.- La Diputada Federal por Querétaro, Mary García Pérez, afirmó que a propuesta de los Diputados de Acción Nacional, el robo de ganado será castigado a nivel federal, imponiéndose de 2 a 10 años de prisión a quién cometa este delito, por lo que confió que los índices delictivos disminuyan, no sólo en Querétaro, sino en todo el país.
La legisladora recordó que hace unos días el Ejecutivo Federal publicó en el Diario Oficial de la Federación, el decreto por el que se reforma el artículo 381 bis y añade los artículos 381 tercero y 381 cuarto del Código Penal Federal para que el delito de abigeato sea considerado como grave y calificado, iniciativa aprobada a propuesta del diputado federal del Partido Acción Nacional, Gerardo Federico Salas Díaz.
Aseguró que el decreto define el concepto de “ganado”, para los efectos de este delito, a las especies bovina, caballar, asnal, mular, ovina, caprina, porcina o de más de una colonia de abejas, en un apiario; así como aquél domesticado, bravo, de pezuña, ganado mayor o ganado menor, independientemente de la actividad típica del animal.
La Diputada Federal explicó que por la comisión de este delito se impondrán de dos a 10 años de prisión y se equiparará con la misma pena, el sacrificio de ganado sin el consentimiento de quien legalmente pueda otorgarlo.
Mary García aseguró que en los últimos años, este delito se ha convertido en un verdadero problema para la actividad ganadera y la industria pecuaria en el país, ya que las denuncias por robo de ganado, al mes de septiembre de 2016, ascienden a 5 mil casos.
Refirió que esta Iniciativa responde a la demanda permanente de las organizaciones ganaderas de los diferentes estados de la República que se castigara este delito, ya que aseguran que el robo de ganado o abigeato ha repuntado en los últimos años: los caballos, las vacas, los becerros y los borregos son los principales animales robados y las pérdidas para los ganaderos son millonarias.
Finalmente, la Diputada Federal refirió que le robo de ganado había sido considerado como un delito no grave, ya que los delincuentes salían pagando fianzas muy raquíticas e incluso por debajo del valor del ganado robado, lo que se traducía en atractivas ganancias para quienes cometían este ilícito.
POR: ROSSY MARTÍNEZ