- Estos no son buenos tiempos para el ejercicio periodístico en México
- Promotora de la visita de Claudia bloqueó ayer la México-Querétaro
- Gobiernos panistas ya están en la mira de la Cuarta Transformación
- ¿En qué se parecen Peña Nieto y Del Mazo, ambos mexiquenses?
Hoy.
Hace 72 años se declaró en México el 7 de junio como Día de la Libertad de Prensa, cuando el presidente Miguel Alemán Valdez resolvió la escasez de papel que amenazaba la existencia de los diarios y el coronel José García Valseca, dueño entonces de la cadena de los Soles (hoy OEM) propuso establecer esa fecha. De allá para acá muchas cosas han cambiado en la relación con los medios, para bien y para mal, sin que la autoridad pueda ya detener al periodismo libre, tan vapuleado cotidianamente en las conferencias mañaneras.
La lucha por la libertad de expresión es la lucha por la libertad de pensamiento, manifestado a través de los medios tradicionales o las modernas formas de comunicación. Es un derecho de todos, pero que en el caso de los periodistas se convierte en un asunto de vida o muerte por los riesgos del trabajo, amenazado y agredido no solamente por los poderosos de los gobiernos sino por los miembros de la delincuencia organizada que, dice López Obrador, también tienen derechos.
Así las cosas, el ejercicio periodístico se ejerce en México sin red de protección, aunque con el apoyo de las redes sociales y su inmediatez.
Lo dijimos hace un año y lo volvemos a decir: las leyes nunca han bastado para garantizar la libertad de expresión. Ni la memorable Magna Carta o Gran Carta de 1215, firmada por Juan de Inglaterra y que, por primera vez plantea derechos humanos, piedra de toque en el desarrollo de la democracia, ni nuestra Carta Magna, promulgada en 1917 en Querétaro, que abreva en la del Constituyente de 1857, en cuyas afiebradas sesiones Francisco Zarco, patrono de la libertad de prensa pronunció su memorable discurso sobre la materia.
Hay en el país docenas de periodistas asesinados en los últimos años y una feroz condena a la crítica periodística y a los comunicadores.
No son buenos tiempos para la prensa libre, esa que el célebre periodista queretano Carlos Septién García llamó el parlamento de los pueblos.
A los hombres del poder, independientemente del partido, les molesta profundamente la crítica. Piden una crítica positiva y objetiva, o sea favorable a sus intereses. De lo contrario aplican toda su influencia para acallar las voces contrarias.
La perspectiva desde provincia es todavía más grave, porque la fuerza de los virreyes, es decir los gobernadores, suele aplicarse con más virulencia, como lo sufrimos en PLAZA DE ARMAS en el pasado. Las banquetas son más angostas en los estados, como bien ha expresado AMLO.
En Querétaro, ciertamente, ha cesado la persecución en contra de los medios y periodistas no alineados. A nadie veta ni persigue el gobernador Mauricio Kuri González. Cumple con las garantías constitucionales. No como regalo. No como concesión, sino como mandato de la ley. Tiene una relación franca y abierta con todos.
Nosotros, con el viento en contra o a favor, seguiremos adelante, gracias al apoyo de la sociedad que merece ser informada oportuna y verazmente y cuyo derecho es mellado cuando el poder político o económico, o ese otro poder, el de la delincuencia organizada, atenta contra los medios independientes.
Son muchos los desafíos de la libertad de expresión. Y de los medios en particular. Fortalecernos, atrincherarnos, en nuestro código de ética, adaptarnos a los cambios tecnológicos y exigir, junto con la sociedad activa, reglas más claras en la relación de los medios con los gobiernos.
Decía George Orwell: “Periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques. Todo lo demás son relaciones públicas”.
O, en las palabras de Ryszard Kapuscinski: “Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante”.
Sin embargo, si se decide hacer un periódico como éste, repetimos con Hans Dietrich Genscher: “La prensa es la artillería de la libertad”.
Y aquí seguimos, al pie del cañón, compartiendo la celebración de la Libertad de Prensa.
¡Nuevos días!
-OÍDO EN EL 1810-
De buena fuente.
Que Elizabeth Chávez Cañas, una de las lideresas en el bloqueo de ayer en la Autopista México-Querétaro, está organizando el acto de Claudia Sheinbaum en Pedro Ecobedo, a celebrarse el sábado 24 de este mes a las 11 de la mañana en el ejido de Ajuchitlancito.
¡Zas!
-¡PREEEPAREN!-
Se va.
Marcelo Ebrard Casaubon, uno de los principales aspirantes a la candidatura de Morena a la Presidencia de la República y sin duda el de mayor trayectoria pública en ese partido y los demás, anunció ayer que el próximo lunes dejará la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Se entiende que lo hace para competir dentro de la 4-T, aunque algunos lo ven en otras trincheras, porque los favoritos de YSQ son la jefa de gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum y el secretario de Gobernación, Adán Augusto López.
Señales hay y ha habido desde el arranque del proceso político que puede o no alterarse en función de los resultados electorales del pasado domingo.
Lo cierto es que el presidente López Obrador tiene los dados en la mano y va a decidir los tiempos y el nombre de su sucesor o sucesora, sobre todo si la oposición se mantiene como hasta ahora, sin una carta competitiva y sin rumbo.
Doy fe.
-¡AAAPUNTEN!-
En la mira.
Con 23 estados ya bajo su control, Morena apunta hacia los enclaves panistas, especialmente dos del Bajío: Guanajuato que cambia de gobierno en el 2024 y Querétaro, en el todavía lejano 2027.
Aquí, en donde los morenistas dicen haber avanzado mucho, el gobernador Mauricio Kuri fue electo hace dos años con 30 puntos de ventaja sobre la candidata Celia Maya, además de haber ganado los principales ayuntamientos y la mayoría en el Congreso del Estado para Acción Nacional.
La clave estará en las cartas que se presenten para el Senado y las presidencias municipales.
Morena tiene a Gilberto Herrera, Santiago Nieto, Celia Maya, Paloma Arce, Rocío Peniche y más.
El PAN a Lupita Murguía, Luis Nava, Roberto Sosa, Agustín Dorantes y Enrique Vega Carriles, entre otros.
No descartemos, sin embargo, a Rogelio Vega Vázquez Mellado y Mario Ramírez Retolaza, los hombres más cercanos al gobernador.
Al tiempo.
-¡FUEGO AMIGO!-
Mexiquenses.
Primer acto: Enrique Peña Nieto entrega la Presidencia de la República a Andrés Manuel López Obrador.
Segundo acto: Alfredo del Mazo Maza entrega el Estado de México a Delfina Gómez.
¿Cómo se llamó la obra?
Entrega inmediata.
¡Porca miseria!