La rectora de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Silvia Amaya Llano, informó que el fideicomiso creado en 2007 para garantizar el pago de jubilaciones y pensiones del personal académico será utilizado por primera vez este año, con apego estricto a su propósito original y sin afectar el capital acumulado durante más de 17 años.
Durante una rueda de prensa, Amaya Llano explicó que el fideicomiso fue constituido formalmente el cuatro de abril de 2008, con un patrimonio inicial de 176 millones de pesos, integrado por aportaciones del Gobierno Federal, la propia universidad y el Sindicato Único del Personal Académico (SUPAUAQ). A septiembre de 2025, el fondo alcanza dos mil 778 millones 90 mil 797 pesos, lo que representa un crecimiento de casi 15 veces su valor original, producto de una estrategia de inversión “sólida, prudente y transparente”.
“El fideicomiso no se ha tocado en 17 años. Su crecimiento ha sido producto de aportaciones constantes y de una gestión financiera responsable”, subrayó la rectora, quien preside el comité técnico encargado de su administración. Dicho órgano está integrado por representantes de la UAQ —entre ellos el abogado general, el contralor y el secretario de Finanzas— y por delegados del SUPAUAQ, así como su secretario general.
La rectora detalló que el comité autorizó por unanimidad la transferencia de 116 millones 333 mil 417 pesos, equivalente al nueve por ciento de los rendimientos acumulados del fideicomiso y a menos de la mitad de lo generado en el último año. Este monto será destinado exclusivamente al pago de nómina de diciembre de 2025 y enero de 2026 de las y los docentes jubilados y pensionados integrados en el plan. “No se toca el capital del fondo y la operación se realiza bajo un criterio de absoluta prudencia financiera, asegurando la estabilidad y sostenibilidad del fideicomiso”, afirmó Amaya Llano.
Para garantizar la transparencia, las transferencias se harán mediante una cuenta bancaria institucional exclusiva, separada de los recursos ordinarios de la universidad. Además, se establecerán mecanismos de seguimiento y auditoría que permitan verificar cada pago, con registro nominal de beneficiarios y montos asignados.
La rectora destacó que el fideicomiso fue concebido con una finalidad social, legal y universitaria, y que su uso actual responde al cumplimiento del compromiso institucional con el personal académico que forma parte de este esquema. “Después de más de 17 años de disciplina y crecimiento sostenido, el fondo se encuentra en condiciones de cumplir el propósito para el cual fue creado. Estamos ejerciendo con responsabilidad el compromiso con nuestra comunidad académica”, puntualizó.
Amaya Llano atribuyó la polémica reciente a un problema de desinformación, al aclarar que el fideicomiso no es un fondo de ahorro ni un recurso de libre disposición. “Se ha confundido el concepto. Es un instrumento legal con un objetivo específico: el pago de jubilaciones y pensiones”, explicó.
Actualmente, la UAQ cuenta con 850 académicos jubilados y pensionados, cifra que representa una erogación anual de aproximadamente 30 por ciento del total destinado a este rubro, según datos de la Dirección de Recursos Humanos.
Frente a versiones que señalaban un posible uso del fideicomiso para gasto corriente o salarial, la rectora lo negó. “El contrato establece que únicamente puede utilizarse para el pago de pensiones y jubilaciones del personal fideicomisario. Ni un solo peso se destinará a otros fines.”
Finalmente, Amaya Llano reconoció la labor de los delegados del SUPAUAQ que han velado por la estabilidad del fondo desde su creación, y reiteró que las decisiones del comité técnico son independientes de cualquier interés político o externo. “Un uso responsable es precisamente lo que estamos buscando: asegurar que todas las personas que integran este fideicomiso tengan garantizadas sus pensiones y jubilaciones mientras vivan”, concluyó.








