La nueva Mexicana de Aviación despegó ayer con un accidentado vuelo del AIFA a Tulum y el Presidente Andrés Manuel López Obrador consideró la iniciativa como un “histórico rescate de una empresa pública”.
La empresa aérea se fusionará al Grupo Aeroportuario Ferroviario de Servicios Auxiliares y Conexos Olmeca-Maya-Mexica, controlado por la Sedena, y basará su operación con aviones arrendados a una empresa estadounidense cuestionada por los presuntos sobreprecios que ofrecía y por funcionarios vinculados a operaciones de quiebra de aerolíneas.
El primer vuelo realizado ayer fue en un Boeing 737-800, uno de tres que pertenecían a la Fuerza Aérea Mexicana y que se incorporaron a la renovada empresa para dar inicio a sus actividades.
Otros dos aviones Embraer ERJ 145 fueron rentados a Transportes Aéreos Regionales (TAR), bajo condiciones que no han sido reveladas.}
El titular de la Sedena, Luis Cresencio Sandoval, informó que SAT Aviation Holdings, antes Petrus Aero Holdings, con base en San Antonio, Texas, rentará una decena de aviones Boeing, que conformará la columna vertebral de operaciones de la nueva Mexicana militar.
“Estarán llegando los primeros meses (de 2024); son de una de una empresa americana, que hicimos todo un procedimiento de licitación donde fue la ganadora y hemos estados trabajando con ellos para poder tener estos aviones que requerimos”, dijo el General.
Comentó que “inicialmente” serían 10 aviones Boeing rentados con todo y tripulación, y aseguró que se dará cumplimiento a reglamentaciones nacionales “en cuanto a que las tripulaciones tienen que ser de origen mexicano y todo apegado también a lo que establece la Fuerza Aérea Mexicana”.
REFORMA publicó en agosto pasado que la empresa Petrus Aero Holdings, actualmente SAT Aero Holdings, fue contratada por la Sedena para rentar aviones, tripulaciones e incluso dar mantenimiento a la flota de la nueva Mexicana.
Dicho convenio generaría utilidades millonarias a la arrendadora con un margen de 28 por ciento sobre la inversión por cada aeronave rentada.
Especialistas en aviación coincidieron en que existen “alertas rojas” sobre la arrendadora. Por ejemplo, Rodrigo Pérez Alonso consideró necesario que la Sedena explique bajo qué criterios estableció este contrato, pues SAT Aero Holdings es una empresa de reciente creación.
“No figura entre las principales empresas de arrendamiento de aeronaves a nivel internacional. Tampoco se conoce bajo qué condiciones se arrendarían las 10 aeronaves Boeing 737-800 con las que iniciaría la operación de la aerolínea del Estado”, manifestó.
Según el preacuerdo difundido por Grupo REFORMA, la arrendadora está integrada por Eviacorp Aviation Services, dirigida entonces por Luis Evia, quien ha trabajado como proveedor de Sedena; y por Península MRO Services, que era dirigida por Félix Sánchez, ex director de operaciones de la antigua Mexicana en la época que quebró.
Rogelio Rodríguez, otro especialista en el sector, destacó que Luis Evia es un personaje ligado a entidades comerciales con la extinta Mexicana y con Aeroméxico.
“No es alguien improvisado, pero no ocupó cargos directivos mayores y no es un hombre con experiencia en materia comercial, siempre ocupó cargos secundarios”, destacó.