Cuando Alfredo Kuri se acercó a los fundadores del colectivo queretano UMBRA para que diseñaran uno de los murales que se verían plasmados en el Estadio Olímpico de Querétaro, obra estatal a cargo de la Comisión Estatal de Infraestructura, Los fundadores del colectivo, Ana Elisa González y Mario Rivas, vieron la oportunidad de dar a conocer su propuesta artística ante la comunidad en un gran escenario. Así lo declararon los jóvenes artistas al denunciar que lejos de acreditar su trabajo, la CEI, que encabeza Fernando González, se adjudicó su arte sin pagar lo acordado ni dar el crédito a los autores.
Entrevistados por Plaza de Armas, expusieron que el arquitecto Alfredo Kuri, a quien ya conocían, trabaja en la dependencia estatal. Durante una plática, el funcionario les expuso que estaba trabajando en el proyecto del nuevo estadio y que su jefe, Fernando González le había encomendado ubicar a algún artista que diseñara el mural del inmueble “Fui con él al Estadio. Me pareció una propuesta muy importante. Tomé fotos de los muros para considerar las proporciones que tendría la obra. Nos dijeron que tenía que hacer alusión al juego de pelota. Nos dieron los elementos que para ellos eran importantes”.
Tras la visitar el inmueble, describen Ana Elisa González y Mario Rivas, se dieron a la tarea de generar los primeros bocetos. Días después, sostuvieron una junta con el titular de la Comisión Estatal de Infraestructura para exponerle sus ideas. Luego, la dependencia estatal les fijó un plazo de algunos días para que desarrollaran una obra con todos los elementos.
Todo parecía ir bien para los jóvenes fundadores de UMBRA quienes incluso cuestionaron si habría una convocatoria abierta a otros artistas para hacerse del mural. En aquél entonces, se les respondió que era una decisión de Fernando González como encargado del proyecto y que no habría otras propuestas “No habíamos entregado nada. No firmamos contrato. Trabajábamos para Alfredo Kuri quien siempre habló a nombre de la Comisión”. Ana Elisa afirmó tener grabadas las juntas en las que Alfredo Kuri se ostenta como representante de la CEI, en presencia de la titular de cultura del gobierno estatal, Paulina Aguado.
UMBRA, entendió la magnitud del proyecto y consideraron que podrían “jalar” a artistas de la Facultad de Bellas Artes de la UAQ y dar oportunidad a jóvenes que no han tenido cabida en los grandes colectivos “Hubiera estado muy chido. Si ahí está el Centro de Arte Emergente, pues empezar a darle juego a una banda que nunca tiene chance. Sobre todo en un proyecto tan grande”. La CEI y la Secretaría de Cultura, consideraron que involucrar a gente de la Alma Mater, podría ser tomado como una cuestión política, más que el impulso a los artistas emergentes, narró Elisa González.
Luego de varias reuniones en las que ya participaba el Colectivo Nueve Arte Urbano y la secretaria de cultura Paulina Aguado, se determinó que “comprarían” el diseño de Elisa y Mario Rivas. Por los bocetos, Alfredo Kuri les pagó en efectivo 4 mil 500 pesos. Al entregar el diseño final, les entregarían 15 mil pesos más “Nos habían dicho que pensáramos en una cifra por el diseño. Luego nos dijeron que nos darían 15 mil pesos. Nosotros nunca aceptamos ese precio y además, nos quisieron descontar de ahí los 4 mil 500 que nos habían dado por los bocetos”.
A partir de entonces, comenzaron los desencuentros con la dependencia. Mas allá de las discrepancias, les incomodaba la falta de formalidad administrativa por parte de los funcionarios. No había contratos, facturas ni nada que implicara un lazo con los artistas.
Finalmente, la CEI tuvo dos propuestas para el mural; la de UMBRA con el Juego de pelota y otro concepto de Nueve Arte Urbano. Al no alcanzar un acuerdo, Alfredo Kuri les externó que ninguna de las dos opciones sería tomada en cuenta “Nos dijo que traerían a alguien de México y que sería una propuesta totalmente diferente. No había contrato ni recibos de pago. Mucho menos cesión de derechos, ni nos reconocieron como colaboradores. Eso ahí murió”.
Para sorpresa de Ana Elisa y Mario Rivas, semanas después el propio Alfredo Kuri les mandó una foto para mostrarles que su diseño del Juego de Pelota, ya estaba siendo plasmado en el Estadio Olímpico por gente de Nueve Arte Urbano. En ese punto, aclaran los entrevistados, que el referido colectivo de artistas, no estaba consciente de que pintaban una obra plagiada por la dependencia estatal “Era nuestro diseño. Tal cual”.
La última junta, fue con Hugo Orozco, secretario particular de Fernando González. Ahí, le ofreció darles un cheque por los 15 mil pesos para que “Ya no la hicieran de tos”. Ambos artistas, explicaron que el tema ya no era solo económico y presentaron a la dependencia sus exigencias:
Primero
Disculpa pública por el daño moral y las implicaciones artísticas que este asunto ha brindado a los artistas Ana Elisa González Negrete y Mario Alberto Rivas Guerrero, del colectivo Umbra por el daño moral. Así como a los artistas ejecutantes del mural y al público en general.
Segundo
Dar reconocimiento a la labor artística, técnica, autoría, propiedad intelectual y capacidades de goce que tenemos sobre la obra. Que se nos dé reconocimiento de la obra, junto a los artistas ejecutantes del mural.
Tercero
Un monto económico a razón del daño moral causado y las violaciones legales sobre de nuestra labor, teniendo en cuenta el Código Penal Federal y la Ley Federal de Derechos de Autor. Dicho monto será determinado por Ana Elisa González Negrete y Mario Alberto Rivas Guerrero, una vez aclarado por la CEI o bajo consulta de la Ley deTransparencia, el presupuesto utilizado para la creación del presente mural.
Ana Elisa y Mario Alberto buscan que con su caso, se genere un precedente para que en el futuro otros artistas emergentes puedan defenderse del plagio. Y es que a decir de los denunciantes, en Querétaro es una práctica frecuente por parte de las dependencias estatales y municipales. Se dicen conscientes de que enfrentarán a una gran estructura de abogados que respalda a la CEI en sus demandas “Lo que solicitamos no es negociable. Queremos transparencia y es muy claro lo que exigimos. Nos dijeron que sería mejor llegar a un arreglo. Que si llegábamos a lo legal, la Comisión ya tenía muchas demandas y una más, no les afectaría”, finalizó Ana Elisa.