En la columna del 5 de octubre leyó Ud aquí: Ante la demanda de aumentar de 8.50 a 15.00 pesos la tarifa del Qrobus, como lo demanda el director de esa empresa, Fernando Medina, el director del Instituto Queretano del Transporte, Alejandro López Franco dijo que debería establecerse entre 11 y 13 pesos.

Y en 11 pesos quedó.

Los 8.50 se establecieron hace más de tres años, en agosto del 2015, cuando todavía se llamaba Red Q. Fue, bien sabemos, una concesión del gobierno de José Calzada Rovirosa y Jorge López Portillo al sucesor, tras haber perdido los comicios.

El tema del transporte es altamente sensible, porque lo utilizan más de 300 mil queretanos hasta dos veces o más al día.

Por eso fue uno de los factores en la lucha electoral por el gobierno estatal, al grado de que candidato a del PAN llamó a los transportistas a parar el servicio y poner de patas al gobierno anterior.

Con el detalle anecdótico de que el entonces líder de Red Q, Juan Barrios –esposo de la hoy diputada Elsa Méndez, presidenta la Comisión de la Familia en el Congreso del Estado colocó un excusado en nuestra Plaza de Armas, en frente de la histórica Casa de la Corregidora.

También de he dicho que:

Red Q fue uno de los grandes proyectos del sexenio pasado, como Qrobus lo es del actual y, tengo para mi, que en ambos casos han fracasado, a pesar de las millonarias inversiones y promesas hasta de transporte gratuito a la tercera edad.

En 2015 fue, a querer o no, uno de los elementos en contra del PRI, tras la frustrada modernización operada por Jorge López Portillo, el secretario de Gobierno que jugó a ser el sucesor y hubo de conformarse con el breve interinato.

No, no quiero decir que este hecho determinó el resultado electoral, producto también de traiciones, pero sí contribuyó al sufragio de castigo, en perjuicio de Roberto Loyola Vera y a favor de Pancho Domínguez Servién que hoy, la realidad es terca, enfrenta el mismo problema, con la ventaja de que acaban de pasar las votaciones.

Y, bueno, hay que tener en cuenta que la sociedad ha visto el gasto excesivo en las terminales Tipo Dubai de Marcos que el público se re- siste a usar, los carriles confinados de Constituyentes para los camioncitos chinos que andan por todas partes y hasta son mas livianos que los anteriores y, no olvidemos, las tarjetas de prepago que, dicen, roban al usuario.

Con esos elementos y otros más que sería largo enumerar, como el de la mala planeación e insuficiencia de rutas y el mal desempeño de algunos operadores, este mismo año tendremos el aumento a las tarifas.

Y sí, el ramalazo fue de 11 pesos.

Además de que el inefable diputado local Antonio Zapata ya logró quitar, con sus aliados, la limitación de revisar tarifas cada dos años. Ahora será cada vez que se les antoje.

Lo que pasa, malpensados, es que ahí vienen ADO o cualquier otra empresa con la que los principales de hoy traen importantes acuerdos.

No tienen llenadera.