FERNANDO VENEGAS RAMÍREZ
La Fiscalía General del Estado de Querétaro ha mandado a Veracruz un cúmulo de evidencias e información que la institución recopiló en la entidad para ayudar a esclarecer el homicidio de la familia Sánchez-Pérez, cuya desaparición se reportó a finales de septiembre del 2016.
“No solamente entregamos todos los perfiles genéticos que habíamos obtenido de los familiares aquí. También declaraciones e información muy relevante y que seguramente será trascendente en el esclarecimiento de los hechos”.
En una fosa clandestina ubicada por autoridades de aquel estado en el poblado de Arbolillo, los cuerpos que se presume corresponden a Javier Sánchez Jiménez, de 46 años, su esposa María Dolores Pérez Reséndiz, también de 46 años, y su hija Karen Sánchez Pérez, de tan solo 19 años, aparecieron junto a 44 cadáveres más.
Durante una rueda de prensa que ofreció posterior a la presentación de su Informe de Actividades al frente de la Fiscalía General, Alejandro Echeverría Cornejo reiteró que en el mismo pozo de muerte fueron ubicadas identificaciones de otros queretanos que han sido ubicados aquí en la entidad con vida. Dijo también no saber si el órgano de justicia les requerirá como testigos.
“Nosotros tenemos claridad de la razón por las que estas identificaciones estaban en esa fosa. Lo único que puedo comentar es que las dos personas no fueron víctimas de ningún delito. Sí tenían relación de parentesco con las víctimas y sin embargo, nosotros tenemos perfectamente comprobado que las personas están vivas y en esta entidad”.
Los familiares de Javier Sánchez se enteraron de la presunta identificación de sus seres queridos en aquella fosa por las declaraciones del fiscal general de Veracruz, Jorge Winckler Ortiz, en las que hacía mención a los tres miembros de la familia.
En aquella ocasión, también se informó que en el pozo de la muerte, más de 250 cuerpos han sido recuperados desde agosto pasado, cuando se hicieron los primeros hallazgos.
Echeverría Cornejo refirió que seguirán trabajando en conjunto con la Fiscalía de Veracruz en todo lo que les solicite. Afirmó que por el estado avanzado de descomposición de los cuerpos que se han recuperado en la zona, habrá de pasar algún tiempo antes de que se tenga el 100 por ciento de seguridad en la identificación de los mismos.
Acotó que en condiciones normales con la presencia de un familiar directo, un estudio de genética toma alrededor de cinco días, situación que se complica cuando los restos se encuentran contaminados y muy descompuestos.