A 36 años de la muerte del maestro José Guadalupe Ramírez Álvarez la rectora Teresa García Gasca confía en incorporar al patrimonio de la UAQ las dos propiedades legadas -la casona de las calles de Escobedo y la finca de La Cañada- y crear las becas para estudiantes de historia, derecho y periodismo, como dispuso en su testamento.
La restauración de ambos inmuebles podría cristalizarse en 2023, al conmemorarse el cincuentenario del Campus del Cerro de las Campanas, promovido por él, informó en entrevista exclusiva con PLAZA DE ARMAS, El Periódico de Querétaro.
Indicó que lo de la residencia de Escobedo, habitada por el también cronista hasta su muerte, va en proceso. “Estamos todavía con los últimos trámites administrativos para ya poder tomar posesión ante notario, trabajando el último papeleo. La propia Universidad la va a adquirir y ese dinero se va a becas tal como nuestro ex rector lo dispuso”.
Ya tienen, compartió, un plan de remodelación especial por su antigüedad y por encontrarse en El Centro Histórico. “Se va a trabajar en su arreglo, en su restauración. Tenemos el proyecto para su readecuación que esperamos echar a andar el año que entra con presupuesto asignado propiamente dicho”.
En relación a la casa de descanso ubicada en La Cañada y que ha sido ocupada de forma ilegal por un ex trabajador de Ramírez Álvarez, continúa el litigio para recuperarla. “Y en eso vamos”.
Estamos trabajando para tener las dos propiedades en posesión el próximo año al cumplirse 50 de nuestro Campus Centro Universitario que nuestro ex rector Guadalupe Ramírez gestionó y tendremos una conmemoración hacia finales del 2023.
-PERSONAJE DE QUERÉTARO-
Solo entonces se atenderá la última voluntad de uno de los personajes más importantes del siglo XX queretano: José Guadalupe Ramírez Álvarez, eminente catedrático, historiador, cronista, periodista y abogado, autor de más de 20 libros imprescindibles sobre la historia local y nacional. Fallecido el 18 de mayo de 1986, había dispuesto en su testamento que sus propiedades y haberes pasaran a poder de la UAQ para la creación de becas destinadas a estudiantes de historia, derecho y periodismo.
La vida de don José Guadalupe corrió siempre por esos tres rieles, como cronista del estado, abogado, notario y fundador de periódicos.
Su obra mayor se levanta en el Cerro de las Campanas, magnífica e imperecedera, se debe sí al apoyo y acuerdo del gobernador Juventino Castro Sánchez pero sobre todo al discurso pronunciado ahí mismo por el maestro José Guadalupe Ramírez Álvarez el 15 de mayo de 1972 ante el primer mandatario. Que así como Juárez, le dijo, ordenó lanzar fuego y metralla en esa colina, para acabar con Maximiliano y su imperio, “a él, Luis Echeverría, le correspondía ordenar que se lanzara cemento, arena, cristales, hierro, para construir aulas, porque ahí se iba a hacer nuevamente México”.
Ante tan sugestivo argumento, Echeverría -hoy decano de los presidentes, a sus 98 años- aceptó la provocación y el 20 de septiembre de ese mismo año recibió a los representantes de alumnos y maestros de la UAQ en Los Pinos. Todavía ahí, como si no fuera suficiente, don Guadalupe expuso que la máxima casa de estudios tenía tres mil alumnos y una superficie de seis mil metros cuadrados, dos metros por estudiante, como en los panteones.El presidente lo interrumpió: “ya no necesita…ya no me diga más. Va a tener todo”.Y al modo: ¿Traen los planos? Sí. Tienen los presupuestos? Sí. ¿Cuándo podemos empezar? Mañana. ¡Empiecen mañana!
La espléndida anécdota nutre el libro “El estilo personal de gobernar” de Daniel Cosío Villegas y es suficiente para reconocer la aportación de José Guadalupe Ramírez Álvarez, que en el proyecto de memorias dictadas a su discípulo Pedro Jesús Montiel Cárdenas (+), afirmó orgulloso: “Porque indiscutiblemente, aunque lo nieguen, aunque lo que sea, han sido obra mía, el Centro Universitario y los periódicos de Querétaro, Amanecer y Diario”.
Así quedó también registrado en la semblanza escrita por este reportero para el segundo tomo de la colección de libros “Querétaro en el siglo XX, personajes de la vida cotidiana”, editados en el año 2013 por la administración del gobernador José Calzada Rovirosa con la coordinación del también ya desaparecido cronista Andrés Garrido del Toral y del secretario técnico del gobierno, Juan Antonio Isla Estrada.
Tarea grata y sencilla siendo Ramírez Álvarez -hoy inquilino del Panteón de los Queretanos Ilustres- uno de nuestros personajes favoritos, imprescindible no para contar la centuria pasada sino para entender la queretanidad.
Muerto en un día como hoy la mañana del domingo 18 de mayo de 1986 a los 66 años a causa de una leucemia que la maledicencia catalogó como Sida, José Guadalupe era el último de 12 hermanos y guadalupano por destino (nació el 12 de diciembre de 1920, hace ya 122 años) el primer cronista estatal de Querétaro, que recibió esta encomienda, “la más bonita de todas”, del gobernador Antonio Calzada Urquiza.
El año próximo, al cumplir su testamento, descansará en paz.