Se ha dado a conocer por parte del INEGI, las cuentas ecológicas del país, con base en datos del 2018, aunque son resultados preliminares, mucho nos indican como vamos en materia de protección, agotamiento y degradación de los recursos naturales.
Así tenemos que para el 2022, los gastos en protección ambiental alcanzaron la cifra en millones de pesos de $190,018, mientras que los costos totales por agotamiento y degradación fueron de $1,210,848 (en millones de pesos) lo que nos indica que son mucho mayores los costos ambientales que lo destinado a la protección ambiental. Ahora bien, el Producto Interno Neto ajustado ambientalmente fue de $ 22,284,788, mayor al del año pasado, en tanto el Producto Interno Bruto fue de $ 29,452,832lo cual nos indica que los costos de agotamiento y degradación equivalen al 4.11 % del Producto Interno Bruto (PIB).
Por otra parte, se dice que, en términos porcentuales, el agotamiento total equivale al 11.7% y mientras que la degradación es del 88.3%, o sea que la tendencia principal es la degradación.
En cuanto al agotamiento, visto por sus componentes resulta lo siguiente:
Hidrocarburos con 6.0%, Agua subterránea con el 2.7% y los Recursos forestales con el 3.0%
Mientras que la degradación se comporta de la siguiente manera:
Emisiones al aire con el 61.0% y el suelo con 12.7%, siguiéndole los residuos sólidos con 9.4%
Por otra parte, tenemos que el Producto interno neto ajustado ambientalmente del Sector 22, consistente en generación, transmisión, distribución y comercialización de energía eléctrica, suministro de agua y de gas natural por ductos al consumidor final fue 92.17 (millones de pesos) mientras que los costos por agotamiento y degradación del mismo sector 22 fueron de 2.80 (en millones de pesos).
Llama la atención que con respecto a la degradación del suelo la cifra en hectáreas es bastante considerable pues se trata de 53,930,255 ha. y las descargas de aguas no tratadas de 24,430 millones de m3, en tanto la sobreexplotación de aguas subterráneas es de 5,368 en millones de m3
Basado en la información anterior, podemos obtener algunas conclusiones preliminares.
Se ha incrementado el Producto Interno Neto ajustado ambientalmente con respecto a años anteriores.
Es mayor el costo y porcentaje de degradación, que el de agotamiento, lo cual implica, que hay una mayor conservación de los activos ambientales, pero es preocupante el proceso de degradación, que puede ser una forma temporal de encubrir el futuro agotamiento.
El principal componente de agotamiento lo representan los hidrocarburos
Y en cuanto a la degradación, el principal componente son las emisiones al aire, lo que nos debe preocupar, sobre todo en materia de salud y cambio climático. En el periodo 2003-2018 el costo por la contaminación del aire aumentó anualmente en promedio 4.8%, siendo las principales emisiones contaminantes las partículas generadas por los vehículos automotores.
Así también, el suelo exhibe una superficie considerable de degradación, lo que debe llamar la atención para iniciar acciones de protección, restauración y la migración a sistemas agroecológicos, para garantizar la producción de alimentos sin degradación, y contaminación del recurso suelo. Recordemos también que el suelo es el principal elemento de almacenamiento de CO2, y sí se continúa degradando ese CO2 se liberará a la atmósfera. El costo por la degradación de la superficie de suelo afectada tuvo un incremento medio anual de 6.1% nominal, y el de la contaminación del suelo por residuos se ubicó en promedio en 7% nominal.
Al igual, hay que atender más el tratamiento de las aguas residuales, pues su impacto no sólo es el volumen, sino que contaminan otros cuerpos de agua como ríos, lagos, lagunas y mares. Por su parte, el costo correspondiente a la contaminación de los cuerpos de agua como lagos, lagunas, ríos, etc., mostró la mayor tasa media de crecimiento en el periodo 2003-2018, con una variación nominal de 8.7% anual.
Y finalmente, no hay duda de que la implementación de medidas de eficiencia hídrica es urgente para disminuir la extracción de aguas subterráneas, que sigue siendo una fuente principal para el consumo y los diversos usos. Entre 2003 y 2018 se registró un incremento en la sobreexplotación del agua subterránea, lo que originó que los costos por agotamiento de este recurso natural se incrementaran en 7.9% nominal en promedio cada año durante el mismo periodo.
El Producto Interno Neto Ajustado Ambientalmente es el indicador que muestra el impacto ambiental ocasionado por la producción de bienes y servicios, que se obtiene al deducir del Producto Interno Bruto (PIB) a precios de mercado los costos por el consumo de capital fijo y los costos imputados por el agotamiento y degradación.
Dicho cálculo del Producto Interno Neto Ajustado Ambientalmente permite conocer el costo económico que se tendría que asumir por los daños ambientales. En 2018 éste fue equivalente al 4.3% del PIB a precios de mercado. Dicho rubro se refiere a la suma de los costos por el agotamiento de los recursos naturales y la degradación ambiental, que llegaron a un monto de 1,019,751 millones de pesos.
El Producto Interno Neto Ajustado Ambientalmente o Producto Interno Neto Ecológico (PINE), en 2018, alcanzó un monto de 18,382,098 millones de pesos y representó el 78.2% del PIB, a precios de mercado, de ese año. Los sectores que registraron el PINE más alto fueron el Comercio y otros servicios con 37.8% y, las Industrias Manufactureras, con 15.3%, respectivamente.
Así es que ya lo sabemos, o corregimos el rumbo o seguiremos en la misma dirección hacia el colapso. Por ello, es urgente no sólo tomar conciencia, sino sobre todo realizar acciones para cambiar la situación. Y lo mismo tendrían que hacer los gobiernos, sobre todo destinar mayores recursos financieros a la protección ambiental para detener el agotamiento y principalmente la degradación.