Para poder ilustrar la increíble fuga de patrimonio que México está teniendo en estos momentos. Me permito establecer la siguiente exageración como ejemplo, asumiendo que una pirámide pudiese ser propiedad privada “¿Por qué estaría prohibido sacar una pirámide mexicana del país y venderla en el extranjero?”
En primer instante, porque tendría más valor en el extranjero que en México. Y, si uno la quiere de regreso por algún arrepentimiento, es “inpagable “ en dólares, igual que el penacho de Moctezuma. Yo genero el siguiente planteamiento: entonces, por qué no darle ese valor desde el inicio.
La pésima estrategia oficial mexicana, es una especie de trampa legal, “chapusera”, donde el gobierno genera un limbo, el mismo gobierno no compra la pirámide, no le da valor al patrimonio y no deja venderlo y se derrumba el valor, para que se done a alguna institución por desesperación o se tire a la basura.
Esta trampa “chapusera” que parece genial, lo que hace es quitarle el valor a todo y finalmente afecta el valor de manera negativa a la moneda. Es decir entre menos activos soporten el valor de la moneda, la moneda automáticamente vale menos. Es la teoría perfecta de la pobreza interconstruida.
Así pasa con el arte mexicano actual, adquiere valor en el extranjero a partir de la falta de un contexto dentro del país. Hacer siempre lo mismo y esperar resultados diferentes es un síndrome de México. Dejar ir talento, dejar ir nuestro contenido, dejar ir nuestro conocimiento, es el equivalente de tratar de inflar un globo lleno de agujeros. Nuestro gobierno no entiende que la verdadera economía no es algo abstracto que sucede en una hoja de Excel, sino que tiene que ver con acciones precisas de generación de valor en la realidad.
Nos hemos acostumbrado a la simulación que solamente genera una dinámica de casino, donde todo es especulación pura y hay un ganador y 5 perdedores.
Hemos olvidado que el valor que se construye inicia en la ideas, las ideas tienen mucho valor en el mundo actual. El arte son ideas. El 60% del valor de Coca Cola es la marca, una idea. Cuando hay vicios de pensamiento en las ideas se traduce a los vicios de las acciones. México es un país petrolero que compra su misma gasolina más cara. Entender la lógica del valor, se inicia en el orden de las ideas, el orden correcto permite la generación de valor.
No guardar los archivos, de los artistas, quizá es un desprecio por el pasado, o quizá, pensar que no hay necesidad de estudiar el pasado cuando se puede comprar el futuro, una ideología de nuevo rico, para que saber hacer un coche si puedo comprar un BMW a un alemán. López Portillo en algún momento dijo para que quiero sembrar arroz, si lo puedo comprar con el dinero que me va a dar el dinero del petróleo. Tenemos que dejar de hacer las mismas cosas para que haya resultado diferente. El estudio de los archivos, de la historia tiene que ver con el estudio del cambio o de los cambios. Es evidente que México necesita un cambio, si México quiere cambiar necesita cambiar.
En vez de prohibir la exportación de patrimonio, por qué no mejor crear el contexto para que tenga el valor que realmente tiene dentro del país al que pertenece. Cuando se generan ideologías en vez de acciones, como el derecho a una cultura gratuita, sin el esquema de una generación de cultura sustentable, la ideología vacía sólo hace que el sistema colapse de manera natural y continua. Cualquier esquema de valor sin una lógica científica, es un albur. Bill Clinton dijo en TV en un programa de entrevistas, me parece con Letterman, hablando sobre el colapso de la economía mundial generado por los bancos americanos en tiempos de Bush Jr, refiriéndose el esquema de las hipotecas y los seguros de las malas hipotecas. El dinero debe de tener cauce. En una lectura mayor, el gobierno, los bancos, las instituciones deben de tener cauce.
En el panorama siempre cambiante de la cultura global, está surgiendo un fenómeno intrigante: la adquisición de los archivos de arte de un país por parte de otro. Este intercambio transfronterizo de tesoros creativos plantea preguntas sobre el patrimonio, la accesibilidad y el impacto potencial en la identidad cultural de la nación al separarse de su legado artístico.
Un tapiz en tránsito:
Imagine los archivos de arte de una nación como un tapiz vibrante tejido con los hilos de su historia y espíritu creativo únicos. Cuando otro país adquiere este tapiz, es como tomar un pedazo del alma cultural de esa nación. Este proceso en sí incita a una reflexión sobre la importancia del patrimonio cultural en un mundo interconectado.
Motivaciones económicas:
Uno de los factores que impulsan estas adquisiciones suele ser económico. A medida que las obras de arte obtienen reconocimiento internacional, se convierten en activos valiosos. Los países pueden optar por vender sus archivos de arte para aliviar las presiones financieras, lo que genera un debate sobre la mercantilización de la cultura y la posible pérdida de tesoros nacionales.
Intercambio cultural o erosión cultural:
Sus defensores argumentan que el intercambio de archivos de arte fomenta el diálogo cultural y el entendimiento entre naciones. Sin embargo, los escépticos temen que esta práctica pueda diluir la identidad de un país, con el riesgo de que las obras de arte queden aisladas de su contexto histórico y cultural y pierdan la narrativa que las hace singularmente significativas. Por otro lado la lectura erronea de estas obras generan mutaciones que pueden ser gratuitas. Un ejemplo fácil puede ser la celebración inexplicable del 5 de mayo en los Estados Unidos.
Desafíos de accesibilidad:
Cuando los archivos de arte cruzan fronteras, surgen dudas sobre el acceso público. ¿Tendrán los ciudadanos de la nación adquirente el mismo acceso a estos artefactos culturales que los ciudadanos del país de origen? Lograr un equilibrio entre preservar el patrimonio y garantizar una accesibilidad más amplia se convierte en una consideración fundamental.
Preservar el Patrimonio Inmaterial:
Los archivos de arte no son meras colecciones de artefactos físicos; encarnan aspectos intangibles de una cultura: historias, emociones y el espíritu de un pueblo. Cuando la propiedad cambia de manos, el desafío radica en preservar no sólo las obras de arte sino también el patrimonio intangible intrincadamente entretejido en ellas.
Consideraciones éticas:
La adquisición de archivos de arte suscita iuna situación ética. ¿Es apropiado que una nación se deshaga de su legado cultural para obtener beneficios económicos? ¿Qué responsabilidades tiene la nación adquirente en términos de curación, conservación y respeto del contexto cultural de las obras de arte adquiridas?
Un llamado a directrices internacionales:
A medida que esta tendencia evoluciona, existe una creciente necesidad de directrices y acuerdos internacionales para navegar las complejidades éticas que rodean la transferencia de archivos de arte.
Establecer marcos que garanticen el respeto mutuo, la transparencia y la sensibilidad cultural se vuelve primordial.
Al final, la adquisición de archivos de arte por parte de otro país es un fenómeno multifacético que exige una cuidadosa consideración. Nos lleva a reflexionar sobre la naturaleza del intercambio cultural, la preservación de la identidad y el delicado equilibrio entre el valor económico y el valor intrínseco de nuestro patrimonio global compartido.
Para muestra, un botón, Veracruz
Algunos archivos mexicanos y su condición, me gustaría empezar por los primeros archivos de este país, los archivos del municipio de Veracruz. hace unos meses tuve la oportunidad de estar cerca de esos archivos en particular el censo de 1791, el primer censo del continente y pude ver las condiciones del recinto y por ende de aquello que resguarda el archivo, condiciones que no son óptimas. Me quise dar una idea de otros materiales y la máquina de microfilm no funcionaba. Todos pequeños detalles que van sumando y que al final, el micro film también se deteriora, y luego, todo lo que se necesita es un ratón que se come un libro inocentemente.