Aún no se tiene un claro efecto de los aranceles de 25% a los autos, anunciado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pero el gobierno de México y particularmente el de Querétaro ya echaron a andar nuevas estrategias con otros países y en otros continentes.
Para el secretario de Desarrollo Sustentable del gobierno estatal, Marco del Prete, la medida es ilógica, injusta y generará incertidumbre. Y, pero, afectaría a los estadounidenses.
“… no hay motivos reales para imponer aranceles a un producto del cual gran parte de la economía estadounidense depende es decir el 18% del mercado automotriz en Estados Unidos, depende de vehículos mexicanos y si sumamos a los demás países, a los cuales les estaría cobrando aranceles entre lo que son Estados Unidos, Europa, Japón obviamente México está representado casi el 70% del mercado de vehículos en Estados Unidos, entonces esto pues afecta en primer lugar a la economía de los estadounidenses porque cada coche tendrá un incremento entre 3 mil y 4 mil dólares directos por los aranceles, por los componentes”.
Afectaría, reconoce, evidentemente a la industria nacional no solo a la de Querétaro, sino a la industria nacional, por la incentidumbre que existe de cuánto tiempo durarán los aranceles en el corto plazo; no le afectaría de manera importante dado que los contratos ya están celebrados y se les impactaría el arancel.
Por ello, reconoció del Prete que ya se analizan nuevos socios y escenarios.
Hoy, dijo, no es algo que le genere un impacto directo a la industria porque ya hay contratos de producción, volúmenes de producción, lo que pasaría es que “o ese volumen se acaba antes, o se renegocia el contrato o el nuevo contrato. Una vez que se haya acabado el volumen de producción se tendrá que renunciar el contrato considerando los aranceles y ahí es donde puede venir la afectación que es en el mediano plazo. Pero de manera inmediata, un vehículo que se ensamble en México al momento de cruzar la frontera, pues tendrá primero que hacer esa disección de cuáles son las partes americanas, cuáles no y eso complica el comercio internacional.
“Pero si simple y llanamente tan solovamos a mandarlo a Estados Unidos, un vehìculo fabricado en México, de exportación, pues ya va a tener un incremento por esta mezcla de factores y de piezas que si tendrá aranceles contra los que no, es un proceso complicado, que evidentemente retrasará y ralentizará la relación comercial entre México y Estados unidos, evidentemente”.
Qué vamos a hacer nosotros desde Querétaro, se pregunta el funcionario, pues lo que hemos dicho: Fortalecer nuestro mercado interno, buscar nuevos mercados, no podemos depender sólo de un cliente como es Estados Unidos y por eso estamos tocando bases con otros paìses a Canadá, Europa eventualmente Asia, Sudamérica y agruparnos.
Lo que tenemos que brindar es certeza al local, sostiene del Prete: Apoyar las decisiones que toma el gobierno federal, la diplomacia mexicana que ha surtido efecto, y ha sido una buena vía de negociación, de manera muy prudente, muy mesurada pero muy firme y ha permitido que se logren modificar las decisiones de Estados Unidos sin embargo no podemos querdarnos quietos, no podemos esperar nada más que las cosas pasen, nosotros tenemos que actuar y estaremos buscando cómo apoyar a los pequeños empresarios más afectados por estos aranceles y habrá que, insisto, esperar a ver esto es al 2 abril. Se firma la orden ejecutiva de hoy al 2 de abril, habrá que esperar si el 2 de abril se empiezan a ejecutar otra vez o no se toman en cuenta otra vez, no, entonces siempre es esta incertidumbre que todos tenemos.
El miércoles, durante una conferencia en la Oficina Oval de la Casa Blanca, Donald Trump firmó la orden ejecutiva en la que establece la imposición de aranceles para fomentar, dijo, la construcción de plantas en Estados Unidos, ya que la industria manufacturera de vehículos en el país no tendrá que pagar tarifas extras.
A partir del 2 de abril, anunció, se aplicará un arancel del 25 por ciento para todos los automóviles que sean exportados a su país, una nueva y agresiva medida que recrudece la guerra comercial iniciada por su administración.
“Vamos a cobrar a los países por hacer negocios en nuestro país y tomar nuestros trabajos, tomar nuestra riqueza. De manera efectiva cobraremos un arancel del 25 por ciento (a los autos)”, reveló poco antes de firmar la orden ejecutiva para la medida arancelaria, que según él no afectará a las autopartes fabricadas en Estados Unidos.
Trump explicó que prevé que la medida, que afectará también a camiones ligeros, le puede llegar a reportar a las arcas estadounidenses una cantidad de entre 600.000 millones y un billón de dólares en los próximos dos años. “Entrará en efecto el 2 de abril, y empezaremos a recaudar el 3 de abril”, añadió el presidente estadounidense, que quiso incidir en que “si manufacturas tu vehículo en los Estados Unidos, no hay aranceles”.