El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha declarado este jueves que cree que “no habrá una guerra total” en Oriente Próximo y que podrá “evitarse”, mientras Israel, que continúa bombardeando diariamente la Franja de Gaza y Líbano, evalúa tomar represalias por el ataque con misiles iraníes.
“No creo que vaya a haber una guerra total. Creo que podemos evitarla. Pero todavía queda mucho por hacer, mucho”, ha asegurado a periodistas en la Casa Blanca al ser preguntado sobre cómo de seguro estaba de que se podía evitar una guerra total en la región. Sobre si enviaría tropas estadounidenses para ayudar a Israel, ha dicho que “ya” les ha ayudado: “Vamos a proteger a Israel”, ha remarcado.
Las hostilidades en la región estallaron después de que Hamás y otras facciones palestinas lanzaran el 7 de octubre una serie de ataques contra Israel que dejaron casi 1.200 muertos y más de 250 rehenes. El Ejército israelí inició entonces una cruenta campaña militar contra Gaza que se salda por el momento con cerca de 41.800 muertos, a los que se suman más de 700 palestinos muertos en Cisjordania y Jerusalén Este.
Los ataques del 7 de octubre, denominados ‘Inundación de Al Aqsa’ por Hamás y sus aliados, llevaron además a la apertura del frente en la frontera entre Israel y Líbano, con combates constantes desde hace más de once meses que derivaron el martes en el inicio de una nueva invasión de territorio libanés. Además, los hutíes y milicias proiraníes de Irak han lanzado misiles y drones contra Israel –que ha ejecutado bombardeos contra territorio de Líbano, Siria y Yemen–.