Arely Sánchez
Las ventas globales de baterías para vehículos eléctricos (VE) aumentarán 3.7 veces para 2030, anticipó la consultora estadounidense Bain & Company.
En 2023, se vendieron 10 millones de estas baterías, cifra que subirá a 37 millones dentro de seis años, según el reporte “Navegando por el ecosistema de baterías de vehículos eléctricos”, publicado este mes.
Actualmente, las baterías son el mayor factor de costo para los fabricantes de autos eléctricos e influyen en gran medida en el rendimiento del producto final.
Además, la cadena de suministro para elaborarlas enfrenta diversos obstáculos, desde la extracción de materias primas críticas como el litio, cobalto y níquel, hasta la producción y reciclaje de baterías.
Pese a ello, las baterías de litio-ferrofosfato (LFP) están aumentando su participación en el mercado global.
Según Bain & Company, en 2018, dichas baterías representaban entre 25 y 30 por ciento de la demanda de baterías para vehículos eléctricos en China, cifra que subió a 65 por ciento el año pasado y pasará a 70 por ciento en 2030.
A nivel global, su participación será de 40 por ciento del total para 2030.
Fuera de China, la tecnología NMC (níquel-manganeso-cobalto) seguirá siendo la más utilizada en el mundo, con más del 50 por ciento del total de las baterías, de acuerdo con la consultora.
Descartó que otras tecnologías emergentes, como las baterías de estado sólido y las de iones de sodio de alta densidad, se desarrollen con velocidad, pues todavía se encuentran en las etapas de fabricación de prototipos y piloto.
Por lo tanto, su participación podría ser de un solo dígito para 2030.
Bain & Company consideró que, en Estados Unidos y la Unión Europea, las baterías LFP ganarán participación de mercado pero nunca serán dominantes, debido a los aranceles de importación con China y a que la producción nacional de LFP es casi inexistente, lo que reduce sus ventajas en materia de costos.
“Esto se verá exacerbado por la economía desfavorable del reciclaje de LFP frente al NMC.
“Además, muchas empresas están estudiando variantes de NMC sin cobalto o con bajo contenido de cobalto, lo que reduciría todavía más la ventaja de costo del LFP”, afirmaron.