La directora del Instituto para Prevenir Conductas de Riesgo en el Municipio de Querétaro, Teresa Borbolla Olivares, reconoció que se ha registrado un incremento de hasta el 10 por ciento en la población de personas en situación de calle que se ubican en la capital.
Ello, al admitir que es un problema que “no se soluciona de la noche a la mañana”; tras cinco años de trabajo que ha emprendido la administración para apoyar, canalizar e impulsar la reinserción de estas personas en sus entornos sociales.
Asimismo, solicitó a la ciudadanía el no criminalizar a este sector, pues consideró que cada persona presenta estas características por distintos eventos que han marcado su vida; muchas de ellas, a consecuencia de la pandemia por COVID-19.
“Por lo general, es gente que ha vivido condiciones muy difíciles, y están acostumbrados a que los vean con desprecio, a que no los traten con dignidad. Lo que hacemos es un ejercicio muy social, de un acercamiento para generar un vínculo y que la confianza pueda funcionarnos para invitarlos al hogar de transición”, manifestó.