La energía no suministrada a consumidores atribuible a fallas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en su conducción se quintuplicó en seis años, de acuerdo con la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
De 2016 y 2022, último dato completo disponible, la energía que se demandó y que no se entregó atribuible a fallas de la CFE pasó de 601 a 3 mil 172 megawatts-hora (MW/h), un incremento de 438 por ciento, señala el Reporte de Confiabilidad del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) elaborado por la Comisión.
La energía no suministrada es aquella que no se entrega a los usuarios finales debido a las interrupciones que tienen una duración mayor a cinco minutos, las cuales pueden ser por diferentes situaciones.
“Una de las principales causas de las fallas en la red nacional de transmisión deriva de los niveles de saturación de las redes que, a su vez, son resultado de múltiples factores como su estructura física, el comportamiento de la demanda, la capacidad de generación y transmisión disponible, entre otros”, apunta el documento.
En el Sistema de Información Energética de la Secretaría de Energía (Sener) se muestra que el año pasado la energía no suministrada fue de 24 mil 52 MW/h; sin embargo, la cifra no se expresa de manera desagregada, por lo que no se puede atribuir totalmente a la CFE, pues puede deberse también a fenómenos naturales o vandalismo.
La estrategia para resolver las fallas en las redes contempla analizar y proponer proyectos identificados por el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) y que la Sener ordene a la CFE su ejecución.
Además, los proyectos deben publicarse en el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (Prodesen).
De los 232 proyectos que ordenó Sener para el periodo 2015-2022, nueve se concluyeron, 14 están en ejecución o construcción y el resto se encuentra en diferentes etapas de planeación.
Santiago Villagómez, CEO de Energía Real, dijo que cada vez es mayor la energía que no se suministra, los clientes afectados y la duración de los cortes eléctricos, lo que implica afectaciones económicas y productivas para los usuarios e industrias.
“Los usuarios pueden tener pérdidas importantes por los apagones porque cada vez duran más; en el último trimestre de 2023 la duración de los apagones fue de 12 minutos, cuando en mismo periodo de 2022 fue de 3.4 minutos.
“Esto impacta a las cadenas de suministro… las máquinas se pueden estropear, la producción y el personal detiene operaciones y se pierde tiempo en el proceso de elaboración”, puntualizó el especialista.