En el primer trimestre de este año, último del sexenio actual, por cada peso que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) invirtió en actos de fiscalización ganó 201.6 pesos, 3.75 veces más que lo obtenido en el mismo lapso de 2018.
De enero a marzo de 2018, cuando aún gobernaba Enrique Peña Nieto, por cada peso que invertía el fisco obtenía 42.4 pesos, de acuerdo con información de la Secretaría de Hacienda.
El costo de fiscalizar contra lo que se recupera en las auditorías es la rentabilidad que logra el SAT.
Dicha rentabilidad se ha disparado en el actual sexenio año con año y para muestra, en el primer trimestre de 2019, el primer año del Gobierno federal, recuperaba 68.8 pesos por cada peso invertido.
Para el mismo periodo de 2020 se recuperaban 108.9, para 2021 fueron 126.5 y en 2022 se obtuvieron 124.8 pesos por cada peso invertido.
Si se compara el mismo trimestre de 2023 con el de 2024, la rentabilidad fue mayor en 25.3 por ciento.
Recientemente, Miguel Ángel Tavares, coordinador de las Comisiones Fiscales del Colegio de Contadores Públicos de México, sostuvo que para el SAT han sido de gran ayuda las herramientas de fiscalización automatizada con las que cuenta, ya que le permiten una vigilancia más efectiva.
Como parte de la rentabilidad, se contempla la efectividad de la fiscalización, ya que permite conocer en cuántos de los actos se entró en contacto directo con el contribuyente, se identifican evasiones u omisiones de éste.
El resultado de este indicador durante enero-marzo fue de 98.5 por ciento, lo que significa que, de cada 10 casos, más de nueve resultaron con observaciones determinadas por los auditores.
Lo anterior evidencia, según el fisco, que la ejecución de las auditorías tuvo un alto grado de certeza.