SERGIO A. VENEGAS ALARCÓN
Orgullosa de su estirpe, Ana Rincón Gallardo –tataranieta del general Porfirio Díaz- está en contra de la reelección presidencial y de la exhumación de los restos del ex presidente, a un año de expirar la perpetuidad del mausoleo de Montparnasse, porque podrían encontrarse con que ya no está en París, sino en la Iglesia de la Soledad en Oaxaca, según un viejo secreto de familia.
A 189 años del nacimiento de José de la Cruz Porfirio Díaz Mori el periódico PLAZA DE ARMAS habla con la abogada, descendiente de Luz Aurora Díaz, la hija menor de uno de los personajes más polémicos de la historia de México, heredera no solamente de su sangre, sino del escritorio, la silla de trabajo y la recámara que le obsequió el príncipe Alberto, esposo de la reina Victoria.
Ese es su orgullo y su patrimonio familiar más querido, advierte en una mesa del Italian Café de Plaza Cibeles, junto al Boulevard Bernardo Quintana, a don de llega enfundada en un traje negro, con blusa en tonos amarillos.
Radicada en Querétaro desde hace años, primero en Jurica y ahora en Juriquilla, Ana Rincón Gallardo (sobrina también del candidato presidencial de los mismos apellidos) sugiere que Díaz Mori fue devuelto a su tierra natal alrededor de 1935 por gestiones de su hija Amada, en tiempos de Lázaro Cárdenas, y que el hecho fue ocultado y compartido, de generación a generación, entre las mujeres de la familia.
A pesar de ello, la tía Tere Díaz , radicada en Florida, ha pagado durante las últimas tres décadas los derechos y el mantenimiento de la tumba en Montparnasse, cuyo contrato de perpetuidad por 99 años vence en 2020.
Instalada en el hoy, Ana Rincón Gallardo, cercana a gobiernos panistas, incluidos los de Vicente Fox, Ignacio Loyola y Francisco Garrido, aunque con mala opinión sobre Ricardo Anaya y sin negar amigos priistas como José Calzada y Roberto Loyola, está dedicada al litigio y lejos de la actividad política, aunque se declara anti-Peje.
Desde esa posición y sin olvidarse descendiente del mexicano con mayor número de reelecciones en nuestro país, está absolutamente en contra. “No creo en la reelección y pienso que no puede actuarse en el presente con criterios del siglo diecinueve”.
El caso de su taratabuelo, a pesar de ser tan vigente en las discusiones, es irrepetible, si bien el tema reeleccionista fue abierta al permitírsele a presidentes municipales y diputados locales. “Ahí se abrió la puerta que no debió reabrirse nunca”.
Conocedora del frondoso árbol genealógico del hombre que construyó la mayor infraestructura de México, incluidos ferrocarriles y obras imperecederas como Bellas Artes, El Correo, Paseo de la Reforma y museos, Ana Rincón Gallardo registra sólo tres hijos reconocidos por don Porfirio: Amada, Porfirio y Luz, su abuela. Desaprueba los libros escritos por Carlos Tello Díaz y se permite decir que éste desciende un adoptado.
Señala que muchos familiares, reales o presuntos, han lucrado con la imagen del personaje y son los que ignorando el secreto mejor guardado –que sus restos ya están en Oaxaca- pretenden la exhumación en Francia, en donde se refugió y fue sepultado.
¿Y qué va a pasar si lo hacen y se encuentran que ya no está ahí? Se pregunta con una media sonrisa, mientras da un sorbo a su té de frutos rojos y ahí concluye este primer encuentro con PLAZA DE ARMAS, El Periódico de Querétaro.