Frente a la variedad de retos hídricos en Querétaro, desde la sierra hasta la zona metropolitana, debemos trascender las fronteras de la actual gestión fragmentada del agua. Como presidenta del Consejo Consultivo del Agua, veo en la cooperación intersectorial y en una gobernanza fortalecida no solo una aspiración, sino una necesidad para garantizar la sostenibilidad de nuestro recurso más preciado. La “Agenda Azul” nos propone una visión revolucionaria, una en la que la unión de esfuerzos entre sectores y municipios se convierte en el pilar para una gestión del agua resiliente y adaptativa ante los retos hídricos actuales y nuestras realidades cambiantes.
En el núcleo de nuestra estrategia para transformar la relación con el agua en Querétaro, se encuentran iniciativas clave que buscan cerrar las brechas de una gestión fragmentada. La implementación de políticas y regulaciones que fomenten el reúso de aguas tratadas es fundamental, permitiendo no solo un ahorro significativo del recurso sino también un menor impacto ambiental. La conformación de una comisión intermunicipal de conurbación abre el diálogo y la acción conjunta entre las diferentes jurisdicciones, asegurando una gestión cohesiva y eficaz del agua en zonas urbanas y rurales interconectadas.
La creación de un marco normativo específico para la gestión por microcuencas y el fortalecimiento del rol de los municipios en la gestión de los ríos apuntan hacia una gobernanza del agua más contextualizada y localizada, además de sensible a las particularidades de cada región. Al mismo tiempo, la incorporación de un marco regulatorio para el aprovechamiento sustentable de las aguas subálveas en nuestra legislación y la creación de secretarías de recursos hídricos en los municipios son pasos cruciales para una gestión integrada que reconozca y aproveche la complejidad de nuestro ciclo hidrológico.
Por otro lado, iniciativas como la de modificar el Código Urbano para integrar la sostenibilidad hídrica en el diseño urbano reflejan la necesidad de atender el compromiso con una planificación que armonice el desarrollo humano con la preservación de los recursos hídricos.
El futuro hídrico de Querétaro no depende de acciones aisladas ni de esfuerzos dispersos. Depende de nuestra capacidad de unirnos como sociedad, los distintos órdenes de gobierno, academia y sector privado, para enfrentar juntos los desafíos que nos plantea el agua. La “Agenda Azul” es nuestra brújula en este viaje hacia una gobernanza del agua que sea inclusiva, equitativa y sostenible. Este es el momento de actuar colectivamente, reconociendo que cada decisión, cada política, cada innovación nos acerca o aleja un paso más a garantizar el agua en cantidad y calidad suficiente para nuestras generaciones presentes y futuras.
Ante nosotros se despliega el desafío de redefinir nuestra relación con el agua. La colaboración intersectorial y una nueva era de gobernanza del agua no son simplemente recomendaciones de la “Agenda Azul”, sino una necesidad urgente para nuestro tiempo. Hoy, más que nunca, es vital reconocer que la solidez de nuestro futuro hídrico recae en la sinergia de esfuerzos y visiones compartidas. Es el momento de dejar atrás las divisiones y trabajar mano a mano, trazando un curso que honre y proteja el ciclo hidrológico en todas sus formas, desde la metrópoli hasta los campos, de las industrias a los hogares.