Una de las principales acciones de conservación de la biodiversidad urbana en el municipio de Querétaro es la certificación de Fragmentos de Biodiversidad, conforme al Protocolo con que cuenta la Universidad Politécnica de Santa Rosa Jauregui, quien para extender dicho Sello Verde toma en cuenta la presencia de especies nativas y la diversidad de la mismas.
En la pasada semana, el municipio de Querétaro, a través del Instituto de Ecología y Cambio Climático, entregaron varios certificados: tres a Complejos Residenciales CR y uno a Carpe Diem.
¿Pero qué son los Fragmentos de Biodiversidad? Pues bien, un fragmento urbano de biodiversidad forma parte de la estructura del paisaje y varía de tamaño y forma, tipo y heterogeneidad, y pueden ser comunidades bióticas o de características abióticas o también antrópicas. Además, se caracterizan por su origen, ya sea natural o antrópicos o bien originados por condicionantes ambientales.
Por lo que respecta al valor ecológico de los fragmentos se pueden apuntar los siguientes:
- Recolonización de especies.
- Aporta a la heterogeneidad de la matriz en cuanto a la disminución de ciertos flujos como la erosión y escorrentía, así como a la remoción de contaminantes atmosféricos.
- Hábitat para especies restrictas a pequeños parches.
- Protección de hábitats de pequeñas especies.
La función ambiental de un fragmento urbano de biodiversidad
El fragmento urbano de biodiversidad cumple más de una función, dichas funciones dependen de más de un factor, por ejemplo si tomamos un camellón de vía muy transitado, de uno que se ubique en una esquina o un jardín lineal, asimismo pueden tenerse en cuenta varias funciones ambientales de un fragmento urbano de biodiversidad, por ejemplo la captura del CO2, remoción de contaminantes atmosféricos y que además sirva para la anidación y percha de aves urbanas.
El establecimiento de un fragmento urbano de biodiversidad se hace por medio de los principios básicos de sustentabilidad regional:
- Seleccionar especies locales, bajos requerimientos de agua, tolerancia a plagas y enfermedades; adaptadas al clima local.
- Considerar índices climáticos, como temperatura y precipitaciones para las regiones y zonas metropolitanas de estado.
- Seleccionar especies con mayor capacidad y rapidez de captura de CO2.
- Evitar selección de especies vegetales invasoras, o que representen un peligro a la salud de la ciudadanía o la vida silvestre, actuando con prudencia en el uso de plantas exóticas, tóxicas o alergénicas.
- Integrar las especies vegetales de acuerdo a criterios de funcionalidad de los espacios arquitectónicos y su diseño paisajístico para incentivar la adopción de espacios públicos por los ciudadanos y sectores industriales o de servicios.
En esta medida un Fragmento de Biodiversidad es un fragmento urbano de biodiversidad o “parche”, es una Tesela, es decir, un fragmento de un mosaico. Los parches forman parte de la estructura del paisaje Y cabe mencionar que existe una dinámica de parches o fragmentos en tanto que el mosaico del que forman parte los parches es dinámico y no estático y por otra parte, hay eventos o agentes que originan un parche, pero algo más relevante, es el recambio de especies a través del tiempo. Asimismo, existe una heterogeneidad en términos espaciales y temporales.
En conclusión, diremos que los fragmentos urbanos o parches que mayormente encontramos en la ciudad son pequeños, producidos o generados por la acción del hombre, aunque claro está, existen aún relictos de parches naturales.
De esta forma, lo que se observa en la urbe, son parches producidos por la infraestructura urbana y de transporte o por los desarrollos habitacionales, comerciales e industriales.
Ahora en la reciente reforma (de hace un mes) al Código Ambiental del Estado, se retomo el concepto de Fragmento de Biodiversidad propuesto por el Instituto de Ecología y Cambio Climático, para quedar regulado y conceptualizado como Fragmentos de Conservación de la Biodiversidad Urbana, con lo cual ya se tiene un marco jurídico con respecto a ellos.
Si avanzamos en instalar y conservar en cada pequeño espacio, ya sea público o privado, fragmentos de biodiversidad, estaremos realmente avanzando en su conservación e incremento de servicios ecosistémicos (captura de CO2, remoción de contaminantes, infiltración de agua, termorregulación, valor cultural, cultivo de plantas medicinales, agrobiodiversidad, mejoramiento de los hábitats para las pequeñas especies, entre ellas los polinizadores, sombra, barreras de mitigación acústica para reducir el ruido de la ciudad, paisaje natural, relajación del estrés y protección de las interacciones ecológicas).
La instalación de los fragmentos de biodiversidad contribuye a contener la tendencia de declive de la biodiversidad.
Con base en lo anterior, las especies florísticas a incorporar en la paleta vegetal para los espacios abiertos urbanos, tendrán en cuenta los servicios ecosístemicos siguientes:
- proveer (agua, oxígeno, alimento, energía, sombras)
- regular (impacto climático, purificación del agua y contaminantes del aire, mantener polinizadores, disminuir enfermedades)
- y brindar bienestar social (recreación, turismo, apropiación e identidad de los espacios, educación, inspiración, ética, entre otros).
Asimismo, se reconoce que la naturalización de las urbes incrementa el valor económico de las obras arquitectónicas y urbanas, sobre todo al contar con árboles, convierte áreas verdes en espacios que propician cohesión social, reducción de la violencia y educación sobre el manejo sustentable de los recursos naturales que inciden en la calidad de vida.
Por último hay que señalar la corresponsabilidad social en el establecimiento y mantenimiento del fragmento urbano de biodiversidad esta presente en tanto que:
- Considerar la corresponsabilidad en el manejo de áreas verdes, incluyendo a usuarios diversos y encargados del mantenimiento para lograr la sobrevivencia de las especies vegetales seleccionadas y contar así con el respaldo de la ciudadanía en caso de sustituirlas.
- Adoptar una visión a futuro, incorporando especies vegetales locales y silvestres que complementen actividades relacionadas con la educación ambiental de la ciudadanía; fomentando así el rescate y conservación de la biodiversidad local (flora y fauna) y el mejoramiento de la calidad de vida y; favoreciendo también la reducción de contaminantes y alérgenos en el aire.