Sembrada o no la pregunta, la respuesta dejó en claro, de una vez por todas la vigencia absoluta del dogma populista obradorista: o conmigo o contra mí. Sea quien sea.
“La ancheta –son sus palabras—está muy angosta y no hay para dónde hacerse”.Todo surgió por la presentación de la agenda de discusión nacional del variado grupo “méxicolectivo” (30.1.23), cuyo punto de partida lleva una censura absoluta de la orientación y resultados de este gobierno. Y en ese diagnóstico participó activamente el ingeniero Cárdenas quien todavía el viernes de la semana pasada aportó detalles del documento común.
Pero el lunes se ausentó. Salió del escenario con gentil compás de pies.
En una carta circulada poco después del anatema mañanero de Andrés Manuel –quien le confiere al ingeniero condición de adversario político si mantiene relaciones con el conservadurismo y etc., etc.– el ingeniero desertó del grupo.
“En su momento –dice– informé a quienes me invitaron a conocer de este proyecto y a dar seguimiento a su proceso de elaboración, que, a partir de consideraciones de carácter político, no seguiría participando más. Estas son las razones de mi ausencia en el acto de Punto de Partida.”
La frase “…no seguiría participando más…” le otorga al gerundio valor probatorio de una participación anterior. Y por desgracia para el prestigio del firmante, hay decenas de personas con quienes actuó durante semanas, para elaborar parte del afán ahora repudiado.
Apenas el martes, el presidente endureció su presión sobre el ingeniero:
–¿Qué opina, por ejemplo, que Cuauhtémoc Cárdenas vaya en este grupo con Francisco Labastida, por ejemplo?
–…Pero es normal, es que tienen que ejercer su derecho de manifestación. Y no están de acuerdo con nuestro proyecto de transformación, están más cerca del bloque conservador, es una especie de ala moderada del bloque conservador, pero así ha sido siempre cuando se lucha por un cambio verdadero, cuando no se opta por la simulación, por el gatopardismo, eso que consiste en que las cosas en apariencia cambian para seguir igual…”
“…Entonces, vamos bien porque cada día que pasa hay más definiciones y es muchísimo mejor saber quiénes son realmente los adversarios, que enfrentar a simuladores…”
Y ante tanto bla, bla, se repitió la pregunta:
— ¿Considera a Cárdenas adversario, presidente?
–“En política sí, si él asume una postura de este tipo.
“Lo estimo mucho, lo respeto, lo considero precursor de este movimiento, pero estamos viviendo un momento de definiciones y esta ancheta está muy angosta, no hay para dónde hacerse.
–¿Se equivocó (CCS), presidente?
–Es estar con el pueblo o con la oligarquía, no hay más, no hay justo medio…”
Y al poco tiempo la defección del ingeniero sacudió las redes.
–¿Cuándo nació la pugna entre ambos, anteayer llevada a su extremo y quiebre final, según esta columna?
Cuando López Obrador secuestró al PRD e impidió la cuarta candidatura de Cárdenas. El ingeniero lo explica así:
“(Sobre mis pasos) Valorando la situación en aquel momento, recién elegida la nueva dirección del partido encabezada por Leonel Cota, advertí que era favorable mayoritariamente a la candidatura de Andrés Manuel. Las direcciones estatales recién elegidas estaban en manos de las corrientes, que a pesar del trato despreciativo que habían venido recibiendo de Andrés, se habían colocado oportunista e incondicionalmente a su favor.
“Sólo podría decir que el partido se encontraba secuestrado por los intereses de éste y absolutamente alineado con él.”
La explicación sobre el secuestro del partido y otras consideraciones sobre Andrés Manuel, ocupan muchas páginas de las memorias citadas.
Pero la sumisión no tiene precedente. El ingeniero ni siquiera es un militante obligado a la disciplina, cuando mucho es padre del Coordinador de Asesores de AMLO.
Y eso lo advirtió esta columna el martes. Antes de verlo desdecirse para recibir a cambio una humillante palmadita en la espalda.