El Obispo de Querétaro Fidencio López Plaza recordó el sufrimiento de Jesús al ser traicionado, entregado y crucificado para lanzar la pregunta: “Por qué me has abandonado”, duda en medio del dolor hacia su Padre, sufrimiento y cuestionamiento similar al de los migrantes, como los que murieron en Ciudad Juárez.
“Ese sufrimiento, ese dolor que vivió Jesús lo llevó a lanzar la pregunta hacia su Padre: ¿Por qué me has abandonado?, una pregunta que hoy se hacen los migrantes en Ciudad Juárez, pero este sufrimiento nos tiene que llevar a reavivar la compasión hacia los que sufren”, reflexionó el Obispo Fidencio López Plaza en su mensaje a todos los católicos que acudieron al inicio de la Semana Santa a la Catedral de Querétaro.
Durante la misa del Domingo de Ramos el Obispo López Plaza recordó que Jesús sufrió y murió en la cruz por todos, por una vida eterna sin dolor, sin sufrimiento.
“Iniciamos la Semana Santa escuchando el grito de Jesús; Dios mío por qué me has abandonado, un grito y una pregunta que esta semana irá resonando y tendrá respuesta. Jesús sufrió en el cuerpo, sufrió en el alma la traición de Judas, las negaciones de Pedro, las condenas religiosas y civiles, los insultos, el rechazo de muchos y el abandono de sus discípulos, pero en medio del dolor le quedaba la certeza de la cercanía de su padre, y aun sabiendo eso antes de morir grita; Dios mío por qué me has abandonado. El último refugio que tenía era el de su padre y ahora hasta de él se siente abandonado”, recordó Fidencio López Plaza.
Ese grito y pregunta de Jesús hacia su padre fue lanzada, aun sabiendo que así estaba escrito.
“Ese grito está identificado por muchos que clama justicia en medio del dolor, sufrimiento y abandono, gritos de tantos inocentes; este es el grito de los migrantes, de las mujeres, de los jóvenes, de los pobres que desde Ciudad Juárez, Guanajuato, Zacatecas, Michoacán, sube al cielo en busca de una explicación ante tanto sufrimiento y tanta muerte”, dijo el Obispo.
Fidencio López Plaza dijo que Jesús está en todos los calvarios del mundo.
“Dios es alguien que sufre con nosotros, nuestra miseria le afecta, no existe un Dios cuya vida transcurra al margen de nietas penas, él está en todos los calvarios de nuestro mundo; este Dios crucificado nos pone mirando hacia el sufrimiento y abandono, de la violencia, injusticia y las desgracias. No podemos dar rodeos para no encontrarnos con el Dios crucificado y de los crucificados que están ante nuestros ojos. Esta semana es tiempo de reavivar nuestra compasión ante los que sufren, ante los crucificados”, finalizó.