- Luis Nava, primer lugar del top ten nacional
- Recuerda Sosa la batalla de Arroyo Hondo
- Garrido propuso a la cronista de Cadereyta
- Desaira el secretario de Obras a reporteros
Hoy es 12
de octubre.
Antes del cambio de los paradigmas históricos, se celebraba aquí como en todas partes el Día de la Raza o del Descubrimiento de América, con honores de funcionarios y escolares, para el almirante Cristóbal Colón, cuya figura en hierro permanece junto al Centro Cultural Manuel Gómez Morín de Constituyentes en una esbelta columna de ocho metros erigida originalmente en nuestra Plaza de Armas para la primera estatua de El Marqués de la Villa del Villar del Águila, que fue derribada de un cañonazo en el Sitio de 1867.
La del navegante genovés se inauguró en 1894, dos años después del cuarto centenario del románticamente llamado encuentro de dos mundos y estuvo en un principio en el costado poniente de la Alameda, pero en el sexenio del gobernador Juan C. Gorráez (1955-61) fue trasladada a su ubicación actual.
El acucioso Eduardo Rabell Urbiola, brazo derecho del inolvidable cronista Andrés Garrido del Toral hasta su muerte, precisa que don Cristóbal se hallaba en la Calle de Juárez, hoy Calzada Zaragoza, cerca de la parada de los tranvías y de una bella casona llamada De los Gobernadores, reemplazada por el Hotel Impala. Entre Corregidora y Colón, calle que sigue llamándose así aunque algunas de las placas de la nomenclatura han desaparecido con la apertura de nuevas tiendas, como la del Oxxo de la esquina de Constituyentes.
Y mire lo que son las cosas ahí mismo estuvo la Plaza de Toros Colón, inaugurada en 1898 con la alternativa del matador sevillano Manuel Calleja “Colorín” y demolida en 1962 por órdenes del gobernador Manuel González Cosío. En ese coso, antecedente de la Santa María, torearon Luis Castro “El Soldado”, Carlos Arruza, Alberto Balderas, Silverio Pérez, Luis Procuna y, claro, el queretano Paco Gorraéz “El Cachorro”, pero esa es otra historia.
Déjeme decirle que aparte de dedicarle una estatua, una calle y una plaza taurina, somos el único estado del país que tiene un municipio con el nombre de Colón (erigido libre en 1923), tan importante que alberga el santuario de la Virgen de Soriano, patrona de la Diócesis y, si no fuera suficiente, es sede del Aeropuerto Internacional de Querétaro, inaugurado en 2004.
Igual hay varias escuelas públicas y colegios privados en la entidad llamadas en honor del descubridor de América, como la de la calle 21 de marzo en el populoso barrio de San Francisquito de la capital. Estatua, calle, planteles escolares y municipio permanecen con el nombre de Colón… hasta ahora, ajenos a la corriente que en la Ciudad de México, como en otros sitios del mundo, hizo retirar su estatua hace un año y el gobierno de la 4-T pretende colocar una para la supuesta reivindicación indigenista, lo que en lo personal me parece un disparate.
Se puede revisar y hasta modificar la historia al gusto o conveniencia de los vencedores. Así ha sido siempre. Pero los hechos -como el de la hazaña de Colón- no cambiarán.
Por lo demás, es importante respetar y conservar los referentes urbanos, independientemente de su valor histórico y/o artístico. En Querétaro han sido frecuente esos movimientos. Uno de los más criticados e injustificados fue el de Los Toritos en el trienio de Armando Rivera Castillejos. Ese espléndido conjunto escultórico donado por la familia Ysita al gobierno de Antonio Calzada Urquiza estuvo en la glorieta de Corregidora, a la entrada de la Colonia Burócrata, durante años y permaneció ahí a pesar de trasladarse el Centro Expositor a El Marqués.
Mucho tiempo después los camiones urbanos seguían anunciando la parada de Los Toritos en sus parabrisas.
Y hemos tenido otras estatuas itinerantes, como la del general Escobedo que pasó de la glorieta de Zaragoza y Tecnológico al Cerro de las Campanas o las de Venustiano Carranza y Ezequiel Montes, casi perdidas del horizonte por caprichos de nuestros gobernantes.
El propio Colón, ya le decía, se mudó de Zaragoza a Constituyentes en los años 50 y ahí seguirá, aunque a pesar de su basamento de ocho metros de altura ya ha sido vandalizada y solo le queda la mitad del mundo que tenía en la mano izquierda. Por no hablar de las columnas de cantera que estaban a los lados y una gran esfera en frente, que alguna administración decidió retirar.
Diría el gran poeta Efraín Huerta:
“Ahora me cumplen o me dejan como estatua”.
Bueno con que no la quiten es suficiente.
4-T mediante.
-BLANCAS Y NEGRAS-
Top ten.
Nuevamente aparece como primero en el ranking nacional de aprobación de los presidentes municipales el de Querétaro, Luis Bernardo Nava con aprobación del 70.1 por ciento de acuerdo con la medición de C&E Research que ubica en cuarto al edil de Corregidora, Roberto Sosa Pichardo.
En el cuadro de honor aparecen también Leonardo Montañez de Aguascalientes en segundo y Renán Barrera Concha de Mérida, Yucatán en tercero. El debutante Luis Donaldo Colosio Riojas, alcalde de Monterrey, Nuevo León, se coloca en séptimo.
Roberto Sosa Pichardo, presidente municipal de Corregidora, encabezó ayer un acto para develar la placa conmemorativa del bicentenario de la batalla de Arroyo Hondo, en donde Agustín Iturbide obtuvo en 1821 una importante victoria que abonó a la consumación de nuestra Independencia.
Estuvieron presentes en la ceremonia la senadora Estrella Rojas, la diputada federal Erika Díaz Villalón, el diputado local y ex presidente municipal Antonio Zapata y la cronista municipal Dulce María Ardón.
Por cierto, ha sido bien recibida la designación de la periodista Heidy Wagner Laclette como cronista municipal de Cadereyta por parte del ayuntamiento presidido por Miguel Martínez. Tomará posesión hoy o mañana.
No están ustedes para saberlo pero yo sí para contarle que quien propuso a Wagner para el cargo fue el recientemente desaparecido doctor Andrés Garrido del Toral, cronista de Querétaro, oriundo de esa tierra y a quien por cierto no le han encontrado sucesor.
Los nuevos servidores públicos estatales aún se están acomodando en sus oficinas (ayer mismo metían más escritorios a la Casa de la Corregidora) y uno entiende que, con eso de los aguaceros del arranque, aún no se conozca la nueva política de comunicación y si van a invitar o no a los reporteros de la fuente a las actividades del gobernador Mauricio Kuri González, porque por ahora no les comparten ni la agenda del día.
Pero lo más lamentable es la actitud evasiva y hasta grosera de algunos funcionarios, como el de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, Fernando González Salinas, que ayer de plano ignoró a los compañeros que pretendían entrevistarlo al llegar a nuestra Plaza de Armas, en donde normalmente se mueven en busca de información. Tiene derecho a callar, pero hay modos, ¿no?
-JUGADA FINAL-
Sí hay de otra.
A los funcionarios que no han entendido o asimilado aún el estilo abierto del gobernador Mauricio Kuri González con todos los medios de información, un desubicado ¡JAQUE MATE!