Por una #SociedadHorizontal
Dos vagones de la línea 12 del Sistema de Transporte Metropolitano (Metro) se desplomaron sobre una de las avenidas principales de la alcaldía Iztapalapa, en la parte sudoriental de la CDMX. El número de muertos asciende a 25 personas fallecidas y casi 80 heridos. Se trata de la mayor tragedia en la capital desde el terremoto de 2017.
La Línea 12 del Metro de la Ciudad de México se concibió como la columna vertebral de los festejos por el bicentenario y centenario de la Independencia y Revolución mexicanas en la capital. Con un costo de 28,000 millones de pesos, la línea del Bicentenario” se planeó para conectar Tláhuac al resto de la capital y transportar hasta 700,000 de personas cada día. La trascendencia de la obra se entiende gracias a la integración móvil entre Iztapalapa y Benito Juárez, así como al sistema de interconexión con otras líneas del Metro. Los usuarios podían recorrer toda la ciudad con solo un boleto $5 pesos.
No obstante, la falta de mantenimiento, los errores de diseño y planeación, la mala ejecución de la obra y las negligencias han dominado la discusión tras el accidente. También el fantasma sobre posibles hechos de corrupción -aquellos de los que se ha hablado desde hace años- ha vuelto a estar presente en el debate nacional. Las autoridades han prometido una investigación y dos peritajes, uno de la Fiscalía y otro realizado por una empresa extranjera.
Desde el principio, la llamada “Línea Dorada” ha estado rodeada de críticas y escándalos. En marzo del 2014, apenas 17 meses después de que había sido inaugurada, la ínea fue parcialmente cerrada porque fueron reportadas fallas estructurales en las vías elevadas y rieles rotos. En aquel entonces, en un informe de la autoridad capitalina, se informó que una revisión oficial realizada, había arrojado más de 11,000 fallas en la línea.
Tras el decreto de tres días de luto por parte de AMLO, de decenas de condolencias hacia nuestro país por parte de naciones amigas y de múltiples noticias relacionadas con las fallas de ingeniería que ocasionaron el terrible colapso, en la Comisión Permanente, Morena votó en contra de que se creara una Comisión de Investigación sobre estos lamentables hechos.
Al luto que vive el país, se sumará la pérdida en bienestar que miles de usuarios sufrirán en los próximos meses. La afectación en la movilidad, llevará a que nuevamente cientos de miles de personas que viven en esa zona de la CDMX, pasen horas para ir a sus trabajos y regresar a sus casas.
Es factible que lo acontecido modifique en el corto plazo las preferencias electorales. Esta por verse si se genera o no, un voto de castigo en contra del partido en el gobierno. Lo que es un hecho es que para los próximos meses y años, el discurso gubernamental “contra la corrupción”, tendrá enfrente una dura crítica “contra la ineptitud”. De cara a la sucesión presidencial, éste es un punto de quiebre para el proyecto morenista. La responsabilidad de figuras como Marcelo Ebrard y Claudia Scheimbaun estarán bajo un profundo escrutinio popular.
Este episodio representará la evaluación más compleja para el gobierno de la 4T. Los involucrados han sido la cara de ese equipo a lo largo de dos décadas en la CDMX. En esta ocasión no hay a quien echarle la culpa. Si salen a la luz señalamientos de ineptidud, negligencia o corrupción, en este caso no habrá “Neoliberalismo” o Mafia del Poder” a la que inculpar, sino compañeros de equipo y gente de confianza que ocupa el poder capitalino desde hace años.
Una obra pensada para generar beneficios a los mexicanos, no debería representar una historia de desgracia como ésta. La corrupción y negligencia deben desaparecer del mapa de nuestras políticas públicas. Si queremos evitar que esto se repita, la #SociedadHorizontal deberá ser acusiosa y firme, exigir transparencia en las investigaciones, deslinde puntual de responsabilidades y castigo ejemplar a los causantes.