Roberto Antonio Velázquez Nieto y Gabriela Cabrera Herbert
Como lo señaló el periódico, The Jerusalem Post: Claudia Sheinbaum fue elegida como la próxima presidenta de México, convirtiéndose así en la primera mujer en el cargo en la historia del país, y también de origen judío.
“Crecí sin religión. Así es como mis padres me criaron”. Expresó Sheinbaum, en 2018 en una reunión organizada por una organización judía en la ciudad de México . Rara vez se identifica públicamente como judía y ni ha resaltado su identidad ni tampoco la ha eludido. Como algunas mexicanas de origen judío, han visto con asombro y optimismo como muchos mexicanos, en un país predominantemente Catolico apoyaron alguien de ese género y origen religioso y la eligieron como presidenta de México
Que fue la favorita dice bastante sobre el grado en que la efervescente democracia del país ha redibujado el papel de los grupos minoritarios. Con su llegada a la presidencia, traerá un cambio positivo y definitivo, más allá de un proyecto político popular.
Claudia Sheinbaum creció en la Ciudad de México en la década de 1960, y su familia es una de las raras excepciones en que los dos grupos askenazies y sefardí se mezclaron. Sus abuelos maternos eran judíos sefardíes, que llegaron a México en la década de 1940 desde Sofía (Bulgaria), huyendo del holocausto. Sus abuelos paternos Litvaks, o judíos lituanos, emigraron a Mexico en la década de 1920. Sus padres, científicos, son laicos, pero de niña celebraba festividades judías con sus abuelos. Se calcula que en Mexico viven unos 60, 000 judios, a pesar de la confesión religiosa de los antepasados de Sheinbaum no afectado demasiado su vida política.
Como presidenta, y aunque hace tiempo que se alejó de sus raíces religiosas, el catastrófico conflicto entre Israel y Hamas podría convertirse en un tema particularmente espinoso para ella . Los gobiernos de izquierda de la región, como Brasil, Venezuela tienen una fuerte inclinación anti israelí, y les guste o no a los judíos de America Latina se le suele asociar con Israel. Claudia , en este conflicto seguirá declarándose neutral en este conflicto, podría ser un factor definitorio de su política exterior.
También la crisis migratoria y la agenda política, comercial, económica con los Estados Unidos y México influya en su presidencia, al margen de quien vuelva a la presidencia. Particularmente si fuese Trump, por su posicionamiento con la comunidad judía..
La comunidad judía en Mexico, es dueña y controla el 90% del mercado inmobiliario, el 80% de las cadenas hoteleras, y aproximadamente el 70% de participación accionario en la banca y el mercado bursátil entre otros rubros.
La identidad nunca tiene unos contornos claros y definidos, y El progreso raramente es lineal. Queda por ver si Sheinbaum se distanciará con su mentor. Tal vez llegue a redefinir la política progresista en America Latina. Nosotros nos parece increíble que no sólo una mujer, si no una mujer judía sea virtual presidenta de Mexico. En cualquier caso, su ascenso es una señal de cómo el prluralismo ha redefinido la textura de México.