Puntuales a la cita, desde las primeras horas de la madrugada, antes de que el sol de asomara, la Ciudad de Querétaro despertó para ponerse los tenis y salir a tomar las calles, con la misma emoción que siente una joven quinceañera en su fiesta de 15 años.
La Alameda Hidalgo fue el lugar en el que más de 15 mil corredores empezaron a reunirse en las distintas zonas y categorías; 5,10,21 y 42 kilómetros, todos juntos, y todas listas con la ilusión de salir y llegar a la meta de la edición XV del Querétaro Maratón.
Estiramientos, respiraciones y trote suave para calentar y soltar los nervios.
El primer domingo de Octubre, desde hace 15 años, ha sido el mejor encuentro deportivo para familias de Querétaro y otras partes de México que han hecho del Querétaro Maratón, una fiesta deportiva en el arranque del Otoño.
Minutos antes de las 6 de la mañana inició el calentamiento. Los corredores del Maratón y Medio Maratón fueron los primeros en prepararse para recorrer las distancias de 42 y 21 kilómetros.
5,10, 21 o 42 kilómetros, las distintas categorías en las que mujeres, hombres, jóvenes y niños se prepararon para alcanzar la meta; meses de preparación, de acostarse y levantarse temprano, de comer sanamente, no todos claro, pero muchos con el deseo de moverse, otros por dejar el sedentarismo, correr por la salud, por el bienestar, y la mayoría por competir para vencer a la apatía.
Banderas de México, cartulinas de apoyo, gritos y música animaban a una marea de color azul lista para salir con el pistolazo de arranque.
Como ocurre tradicionalmente, el primer grupo en partir fue el de los atletas con capacidades especiales.
Quince minutos después, el turno llegó para los corredores del Maratón, la prueba reina del evento, los 42 km 145 metros, una ruta larga, pero llena de sueños y kilómetros de entrenamientos previos.
La energía desbordante de los participantes llenó las calles mientras comenzaban el desafío de 42 kilómetros, seguidos poco después por los corredores del Medio Maratón. La ciudad de Querétaro, testigo de este esfuerzo colectivo, fue escenario de miles de historias personales de superación.
A las 6:35 fue el momento de los corredores de distancias más cortas, pero para muchos, un verdadero maratón personal.
Uno a uno fueron partiendo de la Salida, enteros, ilusionados y preparados, para minutos, u horas después, dependiendo capacidad y distancia, regresar al punto de partida y ver la palabra Meta con el esfuerzo y la sonrisa marcada en el rostro, con la certeza de que muchos corredores no dejarán de sonreír, al menos por una semana.
El sonido del golpe de los tenis en el pavimento de Avenida Constituyentes se mezclaba con los gritos de apoyo, las porras y el estruendo del sonido local, que no dejaba de apoyar e invitar a hacerlo, aunque no fuera necesario, ya que todos los convocados iban a correr y a motivar a lograrlo.
Durante todo el recorrido, el ambiente fue festivo y cálido, por la gente y por el sol que esta vez quiso estar presente en el recorrido.
“La terapia hubiera salido más barata”, “Córrele que te alcanza ex”, “Hazlo por quien te apoya desde el cielo”, “Si llegas habrá barbacoa”, “Corran inútiles”, con la imagen de Paquita, eran algunos de los mensajes que invitaban a apretar el paso.
Con la meta en la mente y a la vista, llegaron al final de la carrera, en donde la medalla premió el esfuerzo, pero nada como el reencuentro con los familiares y amigos, como el abrazo en la zona de recuperación en el Estadio Olímpico, unos para tirarse al pasto y descansar, otros listos para celebrar con un el baile de un vals que Querétaro Maratón cumplió 15 años, sólo aquellos que aún les quedaron piernas.
