La emblemática Casa Batlló de Antoni Gaudí ha recuperado el aspecto original de su patio privado y de la fachada posterior tras una exhaustiva investigación y un minucioso proceso de rehabilitación en el que han participado arquitectos, historiadores y artesanos de la forja, el vidrio, la madera o la cerámica.
Esta parte ‘oculta’ de la casa modernista situada en el número 43 del Paseo de Gràcia se presenta este jueves en un acto que contará con la presencia de numerosos invitados, entre ellos la consellera de Cultura, Sònia Hernández.
El proceso de restauración, que ha supuesto una inversión de 3,5 millones de euros, ha desvelado los colores y materiales originales de la madera, forja y estuco de la fachada, y ha recuperado elementos desaparecidos en el patio, como la pérgola y algunas jardineras.
Gaudí llevó a cabo una reforma integral de la Casa Batlló entre 1904 y 1906 sobre un edificio proyectado por uno de sus profesores, Emili Sala Cortés, pero ya desde 1915 la fachada se vio afectada por alteraciones en el color y la desaparición de elementos como las jardineras y la pérgola del patio.
Primera restauración integral de estos espacios
Tras restauraciones anteriores realizadas en las décadas de 1950 y 1990, la realizada ahora supone la primera restauración integral de estos espacios para mostrarlos tal y como los concibió el genial arquitecto de Reus.
Tras una exhaustiva planificación, la restauración se ha llevado a cabo de forma paralela en Casa Batlló y en diferentes talleres artesanales, con técnicas centenarias adaptadas a las exigencias actuales, un trabajo que reivindica el valor de la artesanía como un patrimonio que da continuidad a la herencia de Gaudí.
Esta restauración coincide además con el año en el que se celebra el 20 aniversario de la declaración de Casa Batlló como Patrimonio Mundial de la Unesco.
“Privilegio vivir este momento histórico”
Gary Gautier, director general de Casa Batlló, considera “un privilegio vivir este momento histórico y seguir desvelando la genialidad de Gaudí para futuras generaciones. Es un regalo para Barcelona y para el mundo.
En las paredes de la fachada se ha restaurado el estuco y el trencadís de vidrio y cerámica de los laterales y el coronamiento.
En los balcones se han recuperado las rejas de hierro forjado, las ventanas y las balconeras de madera y el mosaico del pavimento, reforzando también la estructura, que presentaba un estado muy deteriorado.
En el patio privado se han reproducido elementos desparecidos con el tiempo, como las jardineras ubicadas junto a los patios de ventilación y una pérgola de brezo en forma de parábola situada originalmente en el centro del patio.
También se ha replicado fielmente el pavimento formado por 85.000 piezas de mosaico nolla, respetando las técnicas originales. Igualmente, se han restaurado las rejas y puertas de hierro, y el muro del patio, incluyendo el estuco y el trencadís de vidrio y cerámica.
Xavier Villanueva, arquitecto responsable de la restauración, ha dicho que antes de la intervención, la fachada posterior “era bastante deslucida a nivel de color, estaba toda pintada de un color amarillento, como crema” y que “el trencadís de vidrio y de cerámica estaba en un estado muy sucio, sobre todo por la polución y con muchas incrustaciones y pérdidas incluso de material”.