Sergio Ángeles
La actual digitalización de las finanzas trae consigo una amplificación de riesgos tradicionales así como la introducción de nuevas amenazas derivado del uso de Inteligencia Artificial (IA), advirtió Agustín Carstens, director general del Banco de Pagos Internacionales (BIS por sus siglas en inglés).
Entre los riesgos tradicionales, el exsecretario de Hacienda de México destacó que la tensión de liquidez puede agilizarse debido a la velocidad con que se pueden retirar los depósitos, mientras que el uso de modelos automatizados puede exacerbar la prociclicidad del sistema financiero.
“Es probable que la actual digitalización introduzca riesgos y desafíos que tradicionalmente no han estado dentro del ámbito de competencia de los supervisores bancarios, como el aumento de los riesgos cibernéticos y el fraude digital sofisticado, los riesgos de concentración asociados a la dependencia de terceros críticos, la ética del uso de modelos de IA y el uso y la gobernanza adecuados de los datos personales”, explicó el también Exgobernador del Banco de México (Banxico) durante una conferencia en Fráncfort, Alemania, con autoridades bancarias europeas.
Los recientes avances en materia de IA merecen una atención especial, enfatizó Carstens, además de que los supervisores deben mantenerse al tanto de los usos que hacen los bancos de esta tecnología, y que busquen formas de aumentar sus propias capacidades de supervisión.
“Sin embargo, trabajar con IA requiere habilidades que escasearán en la mayoría de los organismos supervisores. Es importante que las autoridades puedan contratar y capacitar a personal en áreas como la ciencia de datos, el desarrollo de modelos y la validación de modelos para mantenerse al día con los últimos avances tecnológicos”, puntualizó.
Si bien los avances relacionados con la digitalización pueden presentar nuevos riesgos, también pueden ayudar a los bancos centrales y a los supervisores a abordar algunos desafíos clave, comentó.
El directivo señaló que a medida que aumenten las exigencias a los supervisores será importante cuestionar si cuentan con los recursos necesarios.
“Es fundamental que las autoridades supervisoras tengan financiación suficiente e independencia operativa. Deben ser capaces de atraer y retener el capital humano adecuado y realizar las inversiones necesarias en tecnología para dotar a su personal de las herramientas que necesita”, enfatizó.
Bajo esa disyuntiva, Carstens consideró necesaria la cooperación con otras autoridades del sector financiero, como los reguladores de valores y de conducta, así como realizar un mayor trabajo en conjunto para incluir a las autoridades de competencia, privacidad y seguridad.