La seguridad energética del País, pese a ser considerada una prioridad para la actual Administración, no se ha logrado.
México bajó nueve posiciones entre 2019 y 2024 en el Índice Mundial del Trilema Energético, elaborado por el World Energy Council, tras el freno a la reforma energética de 2013.
“Recientemente, el Gobierno mexicano ha intentado construir la autosuficiencia energética revocando las reformas energéticas de 2013 que habían sido diseñadas para diversificar las fuentes de energía y mejorar la competencia atrayendo inversión extranjera”, apunta el documento publicado en abril.
El estudio mide el desempeño de los sistemas energéticos de 126 países en tres ejes: la seguridad energética, la equidad energética y sustentabilidad ambiental.
El primero refleja la confiabilidad de las energías renovables, la disponibilidad y accesibilidad de minerales críticos y la resiliencia frente a amenazas físicas y cibernéticas.
La equidad energética busca incluir nuevas demandas de justicia, una distribución equitativa de los beneficios de la energía limpia y el impacto de las transiciones energéticas en comunidades vulnerables.
La sostenibilidad ambiental implica una preocupación holística por la salud del planeta.
Carlos Flores, director para Latinoamérica del área de energía renovable de BP, dijo que en México el escenario es complejo pues existe un contraste entre el mensaje de Gobierno de rescatar a las empresas del Estado, la soberanía y seguridad energética con lo que pasa en el resto del mundo.