El Museo Nacional Británico de Arte Moderno salda una deuda con Yoko Ono, artista multidisciplinaria que vio opacado su trabajo por su relación con John Lennon, integrante de los Beatles.
En los años 70, el mismo Lennon describió así el ninguneo hacia su propuesta artística: “Yoko Ono es la artista desconocida más famosa del mundo, todos saben su nombre pero nadie sabe qué hace”.
Bajo el título Music of the mind (Música de la mente), la Tate Modern abrió desde el jueves una retrospectiva de la creadora japonesa que este 18 de febrero cumple 91 años.
“Esta exposición es una celebración de Yoko como artista. Es cierto que John Lennon fue un colaborador muy importante para ella, pero estamos muy felices de poder mostrar su arte”, dijo Andrew de Brun, uno de los curadores de la muestra que recorrerá las creaciones de la artista en distintas disciplinas.
Artista de vanguardia
En 200 trabajos, el museo traza una ruta por la trayectoria de Yoko Ono entre instalaciones, arte-objeto, videos, fotografías, esculturas, documentos sobre sus performances, música y actuaciones realizadas a lo largo de siete décadas.
Esta retrospectiva, la más amplia que se ha hecho en Reino Unido sobre ella, reivindica su trabajo.
“Reconocemos la importancia de Yoko Ono en el arte y la cultura contemporáneos. Mostrando algunas de sus obras, ayudamos a mostrar el importante lugar que ocupa”, explicó De Brun.
El curador destacó que uno de los objetivos de la muestra es “poder presentar su trabajo, sus campañas por la paz, a los visitantes de nuevas generaciones”.
Desde los años 1950, con sus primeras exposiciones en Nueva York, Yoko Ono se adhirió al conceptualismo, una corriente que defiende que las ideas detrás de una obra tienen más peso que el trabajo en sí mismo, que lo importante es el significado que el artista quiere darle.
Con sus performances e instalaciones, la artista vanguardista invitaba a los espectadores a jugar un papel activo en la obra.
La exposición incluye algunas de sus obras más polémicas, como el video que muestra su performance en Cut piece (Pieza cortada, 1964-1965), un trabajo que presentó primero en Japón y luego en Nueva York.
En el escenario, Yoko Ono aparecía envuelta en un vestido negro y dejaba unas tijeras a su lado, para que el público le fuera cortando la ropa.
La artista intentaba llamar la atención sobre la violencia ejercida por la sociedad contra las mujeres.
La exposición aparece como una reivindicación del vasto recorrido de la artista, tras décadas de aguantar ser señalada por algunos como la culpable de la separación de los Beatles en 1970.
Yoko Ono y John Lennon se conocieron en 1966 en Londres, cuando la artista integraba el grupo Fluxus, un movimiento nacido en Nueva York que reunía a artistas conceptuales y de vanguardia en esa ciudad, donde vivía desde niña después de que su familia dejara Tokio.
El encuentro con Lennon
Las instalaciones de arte conceptual de Yoko Ono en la Galería Indica de Londres cautivaron a Lennon.
En aquella época, había una obra llamada Ceiling painting (Pintura del techo), en la que se invitaba al visitante a subir a una escalera y ver a través de una lupa una palabra que aparecía en lo alto.
La palabra era “Yes”. Lennon subió la escalera y quedó asombrado por esa obra.
Con aquel trabajo, expuesto ahora en Londres, la artista quería representar un viaje hacia la esperanza desde el dolor.
La artista japonesa buscaba comparar la dificultad para alcanzarla con la altura de una catedral.
Aquel encuentro marcó el inicio de una pareja que estuvo unida hasta la muerte de Lennon, asesinado en 1980 en Nueva York, con apenas 40 años.
En el tiempo que estuvieron juntos, además de editar seis discos, crearon en equipo de grabaciones de música experimental, cortometrajes, performances e instalaciones.
Con Lennon, la artista japonesa alcanzó éxito en la música, un recorrido incluido también en la muestra de la Tate.
En 1980, con Double Fantasy, grabado antes de la muerte de Lennon, ganó el premio Grammy al mejor álbum del año.