Borges tiene dos tipos de lectores: los que aceptan su desafío y se dedican a descifrar el laberinto de sus sueños; otro tipo de lectores, en los que me incluyo, que nos dedicamos a disfrutar su buen humor con risas; el mejor regalo, después del amor, que nos puede dar la vida.
Borges escribe:
-Para morir lo único que se precisa es estar vivo.
-La idea de que uno va a desaparecer totalmente es agradable, reconfortante. Por lo menos lo es para mí… Sería horrible seguir siendo y, sobre todo, seguir siendo Borges. Estoy harto de él.
-¿Por qué voy a morirme si nunca lo he hecho antes? ¿Por qué voy a cometer un acto tan ajeno a mis hábitos? Como si me dijeran que voy a ser buzo o domador, o algo así, ¿no? A mi edad ejecutar un acto nuevo como la muerte, ¡Quién sabe si me esté permitido!
– ¿Quién soy? Estoy trabajando en averiguarlo.
– Es absurdo suponer que todo mundo puede hablar de política. De política entenderán algunas personas entre las cuales podríamos incluir a algún político.
NOTA: Durante cincuenta años Bioy Casares se reunió a platicar con Borges, Bioy recuperó esos diálogos en un libro. Descubrimos un Borges alejado de la formalidad de sus textos, es un Borges cotidiano, coloquial y más humorístico.
La castidad es la gran paz que sentimos después de copular,
Una culpa del futbol es desalojar del deporte su mayor virtud: la de enseñar a la gente a ser buena perdedora
La felicidad, ese olvido transitorio de la condición humana.
En uno de sus textos escribe: -Yo no soy una mujer frívola; a mí lo único que me interesa es el dinero.
No puede decirse: Su velorio fue todo un éxito. Espero que lo repita.
No hay gente más intolerable que tiene las manías de las que ya nos hemos curado.
Bioy; Qué lata no ver sin anteojos. Borges: Qué lata no ver con anteojos.
Siempre me sorprendió de que en los films rusos los pobres se muestren hermosos, valientes, inteligentes, y los ricos como una porquería. Yo creí que la pobreza es una calamidad, pero en los films rusos parece que es la mejor condición.
Borges le platica a Bioy la siguiente anécdota: En una reunión hay alguna duda sobre quién pasa primero, Valle Inclán o Benavente, éste último utilizaba el muy español ceceoso. Colérico Valle-Inclán se adelanta y pasa delante de Benavente y le dice: “Yo no permito que pase primero un puto”. Benavente les contesta, con su acento español: “Yo zí..”
Recordé la anécdota entre Barros Sierra y Díaz Ordaz, que detestaba al rector de la UNAM, en una ocasión coinciden en el umbral de una puerta. Díaz Ordaz le dice: – Primero los sabios”. Barros Sierra invita con la mano a Díaz Ordaz: “Primero los resabios”.
Continuamos con la anécdota platicada por Borges
Otra vez en un café de Madrid un matón le pregunta a Benavente. “Usted ¿Es el puto Benavente?”. Benavente responde: “Zí, y usted es un hijo de puta y además nadie lo conoce”.
De Edipo lo único que sabemos es que no tenía el complejo
Boy; “Debía agradecerle a Dios la ceguera: Es una prueba de confianza en Usted. Se la mandó porque sabe que Usted es bueno y que no dejará de serlo por perder la vista”. Borges: ¿Y si me manda lepra? Prefiero que Dios no sea tan generoso conmigo.
CONCLUYO. Afirman los chinos que al reírnos convivimos con los dioses. Demos gracias a Borges por permitirnos, con ayuda de su ironía, la entrada al Olimpo.