Roberto Antonio Velázquez Nieto y Gabriela Cabrera Herbert
“Siempre hay personas a la que le molesta lo que escribes” y seguramente le hubiese molestado al republicano Donald Trump, lo decía Benjamin Bradlee , director de “ The Washington post” desde 1968 a 1991 y figura legendaria, del periodismo estadounidense. Lo había aprendido por experiencia, ya que incomodo a Kennedy, Johnson, Nixon, Cárter y Reagan, cinco presidentes con los que tuvo conflictos, que en algunos casos llegaron a tribunales.
Fue siempre un periodista intimidatorio para el poder, como la italiana Oriana Falacci, o Julio Scherer en Mexico.
Incluso para John F. Kennedy, del que era confidente y amigo íntimo. Ello no fue obstáculo para que tras su magnicidio en Dallas, escribiera una biografía muy crítica, que disgustó a su viuda la reina de America Jacqueline, que le retiró la palabra por siempre.
Bradlee, afirmó que el fundamento del periodismo reside en la búsqueda de la verdad. Sencillo de decir y muy difícil de llevar a la práctica. Pero el director del Post fue coherente cuando las cosas se pusieron difíciles como en los casos de los papeles del Pentágono y posteriormente en el Watergate los dos mayores éxitos del periódico.
La investigación de Bob Woodward y Carl Bernstein que provocó la dimisión del presidente Republicano Richard Nixon en agosto de 1974 no hubiera sido posible no ya sólo sin el apoyo de Bradlee, que entonces dirigía el “Post”, sino además sin su experiencia y su rigor intelectual, que evitaron las trampas tendidas desde el poder. Fue el mayor éxito en la historia del periódico y un hito que cambió las relaciones entre el poder y la prensa. La investigación del Watergate duró dos años y Bradlee tuvo que sufrir las presiones de Nixon y el “establishment “ republicano que no perdió ocasión de denigrar el trabajo del medio. Nixon amenazó con cerrar o arruinar el periódico si no cejaba en el empeño.
Pero al final triunfo la verdad, porque “la verdad os hará libre”Y el nueve de agosto de 1974 Nixon abandonó La Casa Blanca. Bend Bradlee recibió en el 2013 la Medalla de la libertad, que es el mayor reconocimiento civil que otorga Estados Unidos de manos del entonces presidente demócrata Barack Obama.
Murió de Alzheimer el 21 de octubre de 2014. Su brillante carrera se había borrado, pero el pasó del tiempo no ha hecho más que aumentar su legado como periodista que siempre buscó la verdad.
Nosotros opinamos que su figura se agiganta más ahora, que el lunes pasado, la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos de America. Remitió a un tribunal inferior el tema de la inmunidad penal que Donald Trump reclamó como expresidente, retrasando aún más su juicio por haber presuntamente intentado alterar los resultados de las elecciones de 2020. La decisión es una derrota para la democracia ya que establece que un mandatario “es un rey por encima de la ley”