Moisés Ramírez
Pese a la baja en los precios internacionales de los granos y que el súper peso permite que se abaraten más, en México los alimentos elaborados con esos insumos no bajan, por el contrario, aumentan.
En los últimos 12 meses, el precio de los futuros del maíz amarillo, trigo suave (panificación), trigo duro para pastas, soya y pasta de soya acumulan bajas de 29, 24, 16, 12 y 10 por ciento, respectivamente, según datos de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
Además, con la apreciación de 16 por ciento anual del peso frente al dólar, la baja de esos precios se extiende más en beneficio de los importadores, básicamente agroindustrias y sector pecuario.
Sin embargo, hasta la primera quincena de agosto, esto no se ha visto reflejado en el costo de los alimentos, revelan cifras del Inegi.
Por ejemplo, la tortilla de maíz, harina de maíz y cereales en hojuelas aumentaron en promedio 9.7, 13.3 y 23.7 promedio anual a nivel nacional, en ese orden.
“En teoría debieran bajar los precios (de los alimentos), pero en la realidad no sucede ni en México ni en ningún lado; es una queja que se escucha en otros países.
“Y no bajan porque es una demanda cautiva, pues son productos de la canasta básica”, expuso Juan Carlos Anaya, director de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas.
Toda la cadena de producción de granos se ha beneficiado por el menor costo de insumos y la apreciación del peso, pero los minoristas más, añadió.