Gustavo Alcocer Gamba
El 13 de diciembre de 1521, Francisco Álvarez Chico, por instrucciones de Cortes y siguiendo rutas conocidas por comerciantes y recaudadores de tributos, tuvo la fortuna de descubrir para los españoles la bellísima bahía de del puerto de Acapulco, casi por celebrarse 502 años, a la cual le puso el nombre de Santa Lucía, por condescender con la costumbre santoral para honrar en ese día a Santa Lucía de Siracusa.
Alexander Von Humbold explorador y geógrafo alemán, después de casi 300 años después de trazar los primeros planos oficiales de la bahía, seguramente nunca se imaginó que ese sitio sería un referente comercial estratégico entre hacia Asía y México, que ya se manifestaba mediante el galeón que conociéramos como la Nao de China, y posteriormente, el gran atractivo turístico a nivel internacional. Lo anterior debido a las condiciones naturales de navegación y bellas playas con el dorado de sus arenas, en un contexto de manantiales de agua dulce, palmas de coco y tierra fértil.
De acuerdo con diversos estudios de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa, que se han desarrollado en forma sistémica desde el año 2004, describen que la Bahía tiene una dimensión aproximada de 10 km de largo por 7 km de ancho, en forma semicircular, haciendo una superficie de 70 km2, con una profundidad entre 10 y 30 m en el interior, en su entrada presenta profundidades de 50 m.; inscrita en una cuenca hidrológica de 45 km2 aproximadamente. Contiene un bajo nivel de su potencial biótico, y la presencia considerable transformación de la fitoplantónica o comunidades biológica propias y originales de la Bahía que presentaron mutaciones en las diversas especies marinas.
Los mismos estudios identifican dado que se trata de una microcuenca definida hacia la parte alta de la bahía con presencia de escurrimientos naturales de aguas superficiales, que son el principal medio de transporte de materia orgánica y basura; Cita que de hecho los arroyos funcionan como conductos o drenajes de aguas negras hasta la Bahía. En un perímetro territorial de la bahía de Santa Lucía de aproximadamente 21 kilómetros tomado desde Morro de Boca Chica hasta Punta Bruja
Después de 10 años de investigación se hace énfasis en el reconocimiento de las microalgas tóxicas y/o nocivas, presentes y recurrentes en la bahía; así como en nuevas estructuras biológicas que por su abundancia se han exhibido como florecimientos.
Esto ha provocado que los pescadores busquen sus productos más lejos, fuera de la bahía o que los productos tengan procedencia de otros sitios por los altos niveles de contaminación y riesgos a la salud.
Estos hallazgos en conclusión describen una Bahía severamente enferma microbiológicamente, la que está genera una Bahía envenenada, en su cuerpo bilógico-marítimo, siendo una amenaza para la vida marítima la que ha tenido mutaciones para sobrevivir, incluyendo la presencia de aves y otros animales terrestres en conducta de carroñeros; Por otro lado, aparecen en el ambiente una diversidad de enfermedades de la piel, oculares, respiratorias digestivas, entre otras al contacto humano con el mar y su entorno.
La COFEPRIS vigila 290 playas contra riesgos sanitario, para el año 2022, detectó 287 aptas para uso recreativo; restando tres playas más contaminadas localizadas en Acapulco, estas fueron: Hornos, Sueve y Manzanillo; para la temporada de verano 2023, el Puerto de Acapulco volvió a estar en las tres más contaminadas siendo: Caletilla, Hornos, Tlacopanocha. Según la COFEPRIS de acuerdo con el “Programa de Vigilancia de Agua de Mar para Uso Recreativo con Contacto Primario” desde hace más de 20 años dice que las playas de Acapulco rebasaron los límites establecidos de 200 enterococos en 100ml de agua marina.
Es interesante que todas estas playas son las populares de la Bahía, localizadas generalmente en su parte poniente de esta es decir en el Acapulco Tradicional, a excepción de la playa Hornos donde comparten con Tamarindo y Papagayo, estando al centro de la Bahía, con acceso libre y siendo también populares. Curiosamente, aunque están colindantes con la del Morro, Condesa o Icacos, estas playas paradójicamente cuentan con propiedades vecinas a su playa, conformando la zona turística del Acapulco Dorado, con predios en dudosa acreditación de la propiedad o concesiones.
Sin embargo, la zona Diamante ya manifiesta problemas ambientales de acuerdo con los estudios realizados por la UNAM (2022) como son: Las descargas de aguas residuales, humos en el ambiente por la quema de basura en tiraderos clandestinos, escasez de agua para el consumo humano, desechos con manejo especial no controlados, malos olores, ruido, los tiraderos clandestinos, asentamientos humanos y turísticos en zonas no aptas, etc.
Aquí habrá que ponerle atención que está pasando a la Laguna Tres Palos que es mayor a la Bahía de Santa Lucía, está inscrita en la cuenca hidrológica del Río La Sabana, con una extensión de 761.5 km2; de acuerdo con la Universidad Politécnica de Cataluña (2019), la cual cita “…. se encuentra ya en problemas de pobreza y marginación; la problemática ambiental se agudiza por la deforestación de manglar, el azolvamiento y la sobrepesca; las aguas vertidas por el Río de la Sabana representan la principal fuente de contaminación de la laguna. El futuro de la pesca es incierto, las especies de mayor valor comercial como lisa (Mugil curema) y el robalo (Centropomus nigriscens), continuarán disminuyendo, mientras las especies más resistentes como la tilapia (Oreochromis niloticus), que se produce en granjas acuícolas irá en aumento. Se concluye que hay conflicto entre actores y debilidad de las instituciones en el cumplimiento de políticas; la Laguna de Tres Palos requiere de una gobernanza ambiental eficiente.”
En lo referente a la Laguna de Coyuca de Benítez, de acuerdo con el Estudio de UNAM en la Laguna (2015), depositaria de una cuenca hidrológica de casi 6,000 km2, una de las más grandes del sur de México, con una superficie de su cuerpo de agua de 34 Km2, cita lo siguiente: “…. se concluye que hay una alta proliferación de puntos de contaminación debido al deficiente servicio de recolección de residuos sólidos urbanos, se remarca que el servicio de recolección es ineficiente y/o inexistente, por lo que a los habitantes no les queda otra alternativa que tirar sus RSU a la calle y es ahí donde nacen y crecen los puntos de contaminación y en tiempos de lluvia los residuos sólidos son arrastrados a la Laguna por las corrientes y se infiltran al suelo, lo que perjudica a la sociedad de diversas maneras como enfermedades, pérdidas económicas por mala imagen y deterioro ambiental.”
En estos estudios se cita que existe en forma local una contribución al cambio climático por la pérdida de la biodiversidad y la contaminación ambiental que se manifiestan desde hace más de 15 años. Esto es un proceso de deterioro del medio ambiente natural y social; amenazando a la salud, la calidad de vida, la exposición en riesgos ambientales y la competitividad Turística de Acapulco a grados críticos. Esto genera una situación de alarma para el Guerrero de buscar nuevas alternativas de desarrollo, ya que Acapulco para el año 2021, aportaba 23 pesos por cada 28 del estado, es decir el 82%, de acuerdo con el Plan Estatal de Desarrollo 2021-2027.
de existe una ignorancia y falta de interés sobre la implementación de un desarrollo sostenible para Puerto y el Estado; la forma hegemónica de volcar su economía hacia la especulación turístico-inmobiliaria; la falta de planeación de las inversiones estratégicas, limitadas a infraestructura vial, desde la autopista del sol, los macro túneles y otros bulevares, que al parecer sólo pretenden facilitar la movilidad del turista, sin visualizar el impacto social y ambiental; lo permisible e irresponsable de las autoridades, empresarios, instituciones y ciudadanía organizada; La baja calidad e improvisación en la generación de bienes y servicios públicos, especialmente el saneamiento ambiental; el dominio galopante del crimen organizado y la violencia; y particularmente el vacío de una visión y construcción de un futuro deseable compartido. Están acabando con la histórica marca del Puerto de Acapulco y la joya del estado guerrerense.
La Bahía de Santa Lucia, paradójicamente ha sido históricamente la Luz del Puerto de Acapulco, es el activo estratégico de su atractivo, éxito y desarrollo, sin embrago el factor dominante en la arrogancia de las nuevas generaciones se volcó en una ceguera para su cuidado y respeto al patrimonio natural. Es inimaginable explicar Acapulco sin su Bahía.
Observemos con serenidad, autocrítica y capacidad de asombro la belleza de la Bahía de Santa Lucía del Puerto de Acapulco, que inspire nuestra imaginación para despertar con valor, nuestra capacidad organizativa para restaurar su valor ambiental, orden territorial, compromiso social, nueva competitividad turística, innovar las expresiones de la cultura y la fortaleza de instituciones que se orienten por la ley, los valores y compromiso de cambiar la historia decadente del Puerto de Acapulco.