Los precios al consumidor en Estados Unidos aumentaron más de lo esperado en enero, reforzando el mensaje de la Reserva Federal de que no tiene prisa por reanudar el recorte de las tasas de interés ante la creciente incertidumbre sobre la economía.
El índice de precios al consumidor subió un 0.5 por ciento el mes pasado, tras el aumento de un 0.4 por ciento en diciembre, informó este miércoles la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) del Departamento de Trabajo.
En los 12 meses hasta enero, el IPC subió un 3.0 por ciento tras el 2.9 de diciembre. Economistas encuestados por Reuters habían previsto que un IPC del 0.3 por ciento mensual y 2.9 por ciento interanual.
El BLS actualizó las ponderaciones y los factores de ajuste estacional, el modelo que utiliza el Gobierno para eliminar las fluctuaciones estacionales de los datos y reflejar así la evolución de los precios en 2024.
Es probable que parte de la subida del IPC del mes pasado se haya debido a que las empresas impulsaron alzas de precios a inicios de año. Las compañías también podrían haber aumentado los precios de forma preventiva en previsión de aranceles más altos y amplios sobre los bienes importados.
Este mes, el Presidente Donald Trump suspendió hasta marzo un arancel del 25 por ciento sobre los productos procedentes de Canadá y México, pero un arancel adicional del 10 por ciento sobre los productos chinos entró en vigor en febrero. Los economistas esperan que esos aranceles, cuando finalmente se apliquen, eleven la inflación.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, dijo a legisladores el martes que “la inflación se moderó un poco más el año pasado”, y agregó que “el progreso reciente ha sido accidentado”.
La inflación se mantiene por sobre el objetivo del 2 por ciento del banco central estadounidense. Las posibilidades de un recorte de tasas este año están disminuyendo en medio de la creciente incertidumbre sobre el impacto económico de las políticas comerciales, migratorias y fiscales de la administración Trump.