GOTA A GOTA
Con motivo de su cumpleaños, el restaurante Nicos, la propietaria invitó a Margarita Carrillo, excelsa cocinera que durante varios días se ocupó de atender a los comensales con platillos inolvidables. Acudí al lugar para conocerla y agradecerle su devoción a México. Pues que Margarita, en el canal Gourmet, difunde, infatigable, la gastronomía mexicana, sobre todo la del sur de nuestro país. Recuerdo en particular, un programa dedicado a Puebla. Con ella recorro calles, talleres de cerámica, leyendas como aquella de que una noche, misteriosamente, los ángeles subieron hasta la torre de la catedral la pesada campana de bronce. Y tomo nota de recetas que comparte con generosidad, como esa del ‘mancha manteles’. Ya instalado en una mesa, pido la comparecencia de Margarita, quien se acerca gentil. Conversamos unos momentos. Ella parece preocupada por el destino de Puebla, amenazada por el inminente triunfo electoral de Miguel Ángel Barbosa, un rufián que en 2015 hablaba de la ‘infinita soberbia de AMLO’ y en agosto de 2019, en su toma de posesión como gobernador, se refiere al tabasqueño como un ‘hombre de época, un gigante’. ‘Es un honor estar con Obrador’, ha dicho. Trato entonces de consolar a Margarita: la tragedia no es sólo de Puebla, sino de México entero, gobernado por personajes que creen haberse purificado en el río Jordán, cuando no son sino migrantes de antiguos pantanos.
Margarita se despide. Y mientras se aleja, pienso en la grandeza de esa ciudad barroca, en la primera biblioteca de América, la Palafoxiana, fundada por Don Juan de Palafox, obispo de Puebla en 1646, en su rico acervo, en esa maravillosa estantería labrada en cedro, gracias al obispo Francisco Fabián y Fuero en 1770. Cuánta majestad la de la Biblioteca Palafoxiana que hoy alberga más de 45 mil libros y documentos. ‘Memoria del mundo’, así declarada por la UNESCO en 2005. ¡Qué pena por esa ciudad asombrosa que amo de verdad, que, en contraste, ha sido y sigue gobernada por políticos aborrecibles!
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Sufragio efectivo, no reelección. Respeto a la división de poderes. Sí a la vida y a la libertad de expresión. No más derroches.