GOTA A GOTA
LAS FOBIAS
Me gusta recorrer la periferia de mi ciudad. Duele su expansión desordenada. Hace años imaginé un cordón ecológico. Pero los intereses, si no es que la corrupción, han permitido ese colapso urbano. En uno de tantos recorridos, tropiezo con la Unidad deportiva Ejido San Pablo. Una obra magnífica. Un esfuerzo digno de reconocer, de alto impacto social, para el Querétaro más depauperado.
El proyecto original era la rehabilitación de toda esa zona de san Pablo: reconstruir la calle lateral de 5 de febrero, ocultar subterráneamente la maraña de cables eléctricos y telefónicos que atraviesan el área, reubicar a los ambulantes en los locales comerciales que se construyeron en las cercanías de la unidad deportiva y con esto formalizar un comercio callejero de quién sabe qué cosas y quién sabe de qué procedencia. Por supuesto que lo más importante era dignificar esa zona que por ahora se ve expuesta a prácticas indeseables sobre la esquina de calle San Antonio y 5 de febrero (la esquina donde actualmente está un SuperQ). Este proyecto tan notable, que quedó inconcluso, debería retomarse e inducir un cambio de imagen urbana de una de las entradas más emblemáticas de la ciudad.
¿Fue por la alternancia política en el municipio y en el estado, que no se ha hecho esfuerzo alguno por concluir este gran proyecto, que concluyó al parecer con la unidad deportiva solamente? Al parecer sí. La alternancia es la flor más apreciada de la democracia, que sepudre cuando se interponen las fobias, esas aversiones que sabotean continuidades benéficas.
Curiosamente, hoy en día la iniciativa privada se ha atrevido a comprar un predio de viviendas ubicado en la lateral y puso en evidencia que es una zona con mucho potencial, pues construyó un hotel de cadena nacional. Nos ha demostrado, así, que con un proyecto bien logrado se podría dignificar toda esta demarcación y sus habitantes ¿Entenderá estas cosas el munícipe Aguilar tan ocupado en devastar el centro histórico?